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    Julio Vallejo

    La línea delgada entre mi opinión y la tuya


    He aquí la estrella que habían visto en el oriente.

    Y cuando entraron a la casa; se va quemando la madera de la chimenea, se deja oler ese pino fresco y frondoso que perduró durante muchos años en el bosque; a un costado, otro pino de plástico adornado de luces, colores, lleno de esferas y adornos navideños; ¡¿qué ironía verdad!? Mientras cortamos uno que nos proporciona oxígeno, adornamos otro que solo perdura por un par de días.

    Uno me da calor y el otro me da ilusión, al final del día, los dos son símbolos de alegría y bienestar.

    Al salir humo de la chimenea, deja ver que está pronta la llegada del señor barbas de nieve, ¡no tarda en llegar! exclama el tiempo, mientras esto sucede, ese traje hermoso de color rojo y blanco aún sigue colgado en el armario.

    Del otro lado de la casa, se encuentra un pesebre lleno de animales entre ellos el burro, éste sale a buscar algo que comer, ya estaba cansado de esperar, al caminar y caminar se le entumen las patas de tanto andar sobre la nieve, al llegar a un lugar más fresco se deja desvanecer. 

    Afortunadamente, muy cerca de ahí se encontraba un viejo gordo; bueno, bueno pasado de peso.

    El burro antes de perder el sentido, por el frio que hacía, alcanzó a ver que las barbas del señor se empezaron hacer muy largas y lo empezaron a envolver, fue en ese momento que el burro ya era oruga todo protegido de una bolsa de algodón.  

    La noche se estaba llegando y la estrella estaba brillando.

    Ya calientito el burro, después de no morir de hipotermia, sale de su metamorfosis, abre los ojos y ve al barba de nieve, brinca alto y exclama:  ¡¿tú quién eres!?;  El gordo ya  trajeado, le contesta soy “Santa Claus  o Papá Noel”, y me encargo de traer los regalos para todas aquellas familias en noche buena.

    Yo soy el Burro y estamos esperando el nacimiento de Jesús; “el Hijo de Dios”.

    Dijo Santa:  bien, te dejaré muy cerca de ahí ya que llevaré unos regalos.

    El burro expresa, ¡muchas gracias Santa! En el camino los dos llevaban una discusión enorme, el burro casi le arruina el traje al gordo, uno por que llevaba años repartiendo regalos y el otro que era una noche especial por el nacimiento del niño.

    En familia esto es normal, mientras unos esperan los regalos, otros esperan la celebración del niño Dios; pero al final del día están juntos celebrando lo que cada uno creé.

    La Navidad está hecha para reflexionar, para estar en armonía, para encontrar la paz, pero sobre todo para amar y perdonar y estar bien con nosotros mismos. Hay que recordar que el nacimiento de Jesucristo fue para salvarnos a todos nosotros, que mejor manera de estar, con nuestros seres queridos en una noche tan especial y de festejo.

    Así también, el pasado es para reconocer lo bueno y lo malo que hemos hecho, y dentro de eso, hay tantas cosas que el dinero no lo da, ni los regalos, ni mucho menos las discusiones, pero si hay algo que nos envuelve y nos mueve hacia un mundo mejor y eso se llama amor. Que pases una feliz navidad y me cuentas, qué opinas de estos festejos.

    “Los regalos son la expresión de un sentimiento”  (Bonnie Buchele)