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    Bernardo Gutiérrez Parra
    Desde el Café

    El sistema de Salud en México no siempre estuvo fregado lector, tuvo su época de esplendor de 1958 a 1970 en los sexenios de López Mateos y Díaz Ordaz. Fueron doce años de clínicas y hospitales de primera, atención de primera, vacunas para todos los niños y abasto de medicamentos. Después comenzaron los altibajos y tras éstos vino el crack que tiene nombre y apellido: Andrés Manuel López Obrador.

    Antes del tabasqueño casi no había desabasto de medicamentos. Cuando se disparaba la demanda de una medicina y se acababa el stock, el sistema de Salud la solicitaba a las farmacéuticas que en cuestión de días (máximo semanas) la surtían.

    El esquema de medicinas no se compraba de un día para otro sino con un año de anticipación. Enrique Peña dejó pagado el stock de medicinas que se ocuparían en 2019, pero Andrés Manuel canceló el contrato porque había “mucha corrupción” en las farmacéuticas (corrupción que hasta la fecha no ha comprobado). Y comenzó la pesadilla para los enfermos de este país.

    Después de cuatro años y por su culpa, el desabasto ya se convirtió en crónico. Como crónicas y patológicas son sus mentiras.

    En 2019 dijo: “A los que les preocupa que haya desabasto de medicamentos ¿qué les podemos decir? Pues que ya se va a resolver”. En 2020 declaró: “Estamos buscando solucionar en definitiva lo del abasto de medicamentos”. El 16 de junio del 2021 y para calmar la ira de las madres de niños con cáncer que exigían medicinas dijo: “Creo yo que para la semana próxima ya tenemos compradas todas las medicinas y equipos médicos para los niños con cáncer”.

    Y en 2022 de plano se fue a las nubes: “No van a faltar las medicinas o me dejo de llamar Andrés Manuel”.

    Nunca cumplió.

    En el caso de las vacunas para los menores la situación es lo que le sigue a alarmante. A mediados del año anterior Nancy Ramírez de la organización Save the children, dijo que solo el 18.5% de los niños y niñas menores de un año contaban con el esquema completo de vacunas.

    Esto es hasta un crimen, porque por la falta de una vacuna en el esquema, un niño puede quedar malformado para el resto de su vida si le da poliomielitis o morir a causa de la viruela o el sarampión.

    Los gobiernos corruptos de antes tenían el esquema completo y lo aplicaron sin excepción al 97% de la población infantil. El 3% restante eran niños cuyos padres se negaron a que les aplicaran las vacunas.

    Y el desabasto sigue, pero Andrés Manuel dice que no.

    Este jueves y durante la ceremonia por el 80 aniversario del IMSS volvió a las andadas y aseguró que el desabasto ahora sí ya se resolvió.

    “Vamos avanzando, superando obstáculos. Ya resolvimos el problema del abasto de medicamentos, ya puedo informar que tenemos medicamentos adquiridos para este año y para el 2024, que era un problema complejo y además con muchos intereses. Muy afectado por la corrupción y eso ya lo hemos resuelto”.

    Mentira.

    Ni se ha acabado el desabasto y tampoco la corrupción como asegura el presidente más mentiroso de nuestra historia (Santa Anna le pela los dientes). Y de ambos flagelos dan fe millones de mexicanos que los padecen todos los días.

    bernardogup@hotmail.com