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    Mar de León
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    Wendolyne cumplió quince años la semana pasada. Sus quince floridas primaveras la hacen sentirse la reina de los dioses. Esa es una razón por la que Wen el día de su fiesta pidió que no le llevaran regalos, sino que en lugar de eso le dieran dinero. Subió un video presumiendo la cantidad que logró completar.
    ​Nuestra joven heroína se siente la mujer más rica del mundo.


    ​La señora Lucía vive en Zongolica y la semana pasada recibió la visita de un grupo de antropólogos lingüistas que están estudiando las costumbres y el idioma de los indios que habitan esa región montañosa.
    ​Ella vive en una casa precaria: piso de tierra, paredes hechas con tablones y tarros, techo de lámina en las partes más consistentes. El lugar donde vive es de difícil acceso arrumbado entre montes y caminos llenos de lodo. Apenas si le alcanza para vivir con lo poco que recibe de los programas sociales del gobierno y de la venta de las artesanías que consigue hacer solamente con sus manos, porque no tiene piernas y se transporta de un lugar a otro con los brazos.
    ​A nuestra heroína nahua le han dicho que es la mujer más pobre del mundo.
    ​Sin embargo, están equivocados en el concepto de riqueza y pobreza.
    ​Todo el dinero que le regalaron a Wendolyne en realidad no puede comprar la sabiduría de cosechar los frutos de la tierra, de hacer artesanías con las manos, de la bondad de atender a sus visitas, aunque no tenga mucho que ofrecerles.
    ​¿Quién es la rica y quién es la pobre?

    margl84@gmail.com