Yair Ademar Domínguez
Punto y Coma
“Las mujeres suelen ser más honestas, más responsables, más justas que los hombres”. La frase es del presidente Andrés Manuel López Obrador y describe con perfecta claridad la política de género de la Cuarta Transformación. Sí, las mujeres suelen ser más honestas que los hombres, por eso los puestos de relevancia en los gobiernos de la 4T, del cambio verdadero en nuestro país son ocupados por ellas.
Veracruz y su gobernador Cuitláhuac García Jiménez han dado ejemplo de esta política, con el impulso que se ha dado a las mujeres en el gabinete y en los espacios de los órganos autónomos. El caso más reciente ha sido el del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz y el del Instituto Electoral Veracruzano. La política y la administración de la justicia y del proceso electoral que se avecina, en manos de mujeres.
Por ello también, el mandatario nacional ha estado de acuerdo que sea una mujer la que se perfile para presidir el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, una instancia a la que le han metido mano los grupos de poder neoliberales para controlar los procesos electorales. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido muy claro al señalar que a él no le corresponde indicar quién podría dirigir el órgano electoral pero sí reconocer la valía de las mujeres.
“Lo que sí es que me consta que las mujeres son muy responsables y son honestas. Cuando yo fui jefe de Gobierno la mayoría de los integrantes del gabinete eran mujeres, creo que, de 14, ocho mujeres; y ahora igual, casi la mitad son mujeres, y muy buenas, mucho muy buenas. Y nosotros hemos contribuido desde que estábamos en la oposición, para que se abrieran espacios, que no se obstaculizara el avance de las mujeres en la participación política y en todos los campos de la vida pública”, expresó.
“Contribuimos a que ahora en la legislatura la mitad sean mujeres y la mitad hombres, nosotros fuimos de los precursores de ese movimiento. Entonces, claro que sí, estamos totalmente de acuerdo en que se siga promoviendo la participación de las mujeres, pero no sólo por cuestiones de género, sino porque aportan mucho”.
Más claro ni el agua. La política de la Cuarta Transformación ha abierto espacios para los grupos minoritarios y para las mujeres, quienes desde hace muchos años han venido haciendo camino al andar, como escribió el poeta. Sí, una a una, desde diversas trincheras, las mujeres han venido conquistando espacios y esa lucha, hay que decirlo con toda claridad, alcanzó su mayor impulso en estos años, desde el arribo del presidente López Obrador.
Además, si hay que exponer datos duros, amable lector, hay que señalar que el impulso a las mujeres en la 4T no es sólo de palabras o como estrategia demagógica. No. Este año, como nunca en la historia, se están destinando 600 mil millones de pesos a programas de bienestar para 25 millones de hogares y la mayoría de eso va a mujeres. Mejor, imposible.
Hay que reconocer este hecho histórico en la vida pública del país. Y no se trata, como lo ha expresado el mandatario nacional, no sólo de la participación de la mujer en lo público, hay que tomar en cuenta que la mayoría de la población de México son mujeres, y que hay que luchar por la igualdad de la mujer en el campo, en las fábricas, en la escuela, en todo. La mayoría de beneficiarios son mujeres en los programas de Bienestar, hasta en el programa Sembrando Vida y eso se llama congruencia en un gobierno que enarbola las causas de los más desprotegidos.
Así que, estimado lector, aunque la lucha por los derechos de las mujeres sigue vigente, en el río humano que este 08 de marzo recorrerá las calles y llenará las plazas del país, hay que reconocer los logros de la 4T que llegaron para seguir empoderando a niñas y mujeres en nuestro país.
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