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    Vicente Luna Hernández

    De acuerdo con los datos del INEGI, en México de una población de 128 millones de habitantes, en el país viven 65.5 millones de mujeres de las cuales más de 50.5 millones ( 77%) tenían 15 años y más de edad, esto significa que son mayoría en la población, sin embargo, en muchos aspectos: laboral, económica, política y socialmente están un paso atrás de los hombres, es dura la batalla para lograr la famosa equidad de género en todos los ámbitos, pero también es admirable la fortaleza y capacidad de organización de las mujeres para lograr sus objetivos, la convivencia social sana entre ambos géneros es imprescindible en toda sociedad que presuma ser parte de un país democrático, si entendemos la democracia como lo señala el artículo 3 de la Constitución Política de México que en la fracción II inciso “A” señala: “…considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”, esto es, de todas y todos, ante tanta violencia física, psicológica y verbal que sufren las mujeres, el respeto debe ser garantizado por el Estado con toda la fuerza que este representa.
    65 millones de razones para ser feliz significan un mundo de sentimientos y sueños que alimentan a México, son las razones para que el Estado aplique la ley sin dejar lugar a dudas, 65 millones de razones implican que el tema de la violencia contra las mujeres, sea tema de debate nacional de manera permanente hasta que los índices sean mínimos, si bien es cierto la naturaleza humana es infinita, no debe existir ningún titubeo en la defensa de los derechos de las mujeres y cada día es un 8 de marzo para defender sus derechos de manera civilizada.
    Hoy se debe de pasar del discurso a la acción, ¿por qué si una mujer de la oposición sufre de violencia política de genero las integrantes del partido en el poder callan? ¿Por qué ciertos grupos de mujeres cierran filas en defensa de un hombre y se mantienen al margen en defensa de una mujer al no ser esta parte de su movimiento? ¿Por qué la clase política varonil se luce con discursos pero agrede a una mujer desde tribuna? ¿Acaso no se puede debatir y defender las ideas anteponiendo el respeto entre todos? ¿Que debe suceder para que las mujeres que forman parte de un gobierno sean las primeras en defender a una mujer de un partido diferente? ¿Es la paridad de género en la integración de un gobierno ejemplo de un gobierno feminista o son sus políticas públicas?
    Considero que no debe de existir una guerra entre hombres y mujeres, los derechos constitucionales son para todos, llevarlos a la práctica y su defensa es responsabilidad de todos, es el Estado en primero en garantizar los derechos de las mujeres, es cierto que la violencia provoca más violencia, las mujeres al marchar y manifestarse cada 8 de marzo, muestran ese enojo social que – lamentablemente – cada 8 de marzo va en aumento, ¿ de qué se le puede culpar a las mujeres que llevan a cabo esas acciones si ellos son las agraviadas y muchas veces las olvidadas?
    Cada 8 de marzo no es un 10 de mayo ni un 30 de abril, si en esas dos fechas la alegría hace presencia, cada 8 la invitada de honor es la tristeza, esa tristeza ante la realidad social en México, un tragedia que lastima y enluta a miles de hogares, las estadísticas oficiales son frías e inhumanas, no se quiere hablar de las desparecidas y de aquellas autoridades que – de manera natural- se vuelven cómplices y aliadas de la impunidad, esas autoridades que deben ser las primeras solidaras y protectoras de las familias de las mujeres que viven la pesadilla que saben cuándo inicio pero no tiene final.
    Ante la ausencia de un Estado de Derecho que caracteriza la justicia en México, son el círculo cercano y entorno familiar el primer escudo en la protección de las mujeres, ante la más mínima señal de la presencia de un agresor, cerrar filas y actuar sin ningún tipo de complejo ni miedo es parte de la defensa, más allá de los discursos oficiales, estos están muy lejanos de la realidad social que se pasea como un fantasma por el territorio nacional, no serán los discursos los que protejan a las mujeres, es la aplicación de la ley y cero impunidad lo que hará de México un mejor país para todas y todos.
    Lamento no celebrar este día, celebro la fuerza de las mujeres para vencer sus temores y penas y salir a las calles de manera pacífica y gritar un:” Basta” ante quienes con el uso de la fuerza física y el vacío de sus almas, presumen ser hombres y solo son una caricatura que no merecen consideración alguna…tal vez…tratamiento médico sí.
    P.D.- Con el ánimo que la frase: “el peor enemigo de una mujer es otra mujer”…sea parte de ese pasado ¿del régimen anterior? Que no queremos que regrese…Escribiré otro día.