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    Manolo Victorio 

    Carpe Diem

    Primo Dothé Mata es el enviado de Marcelo Ebrard Casaubón a un territorio que posee el cuarto padrón electoral más abultado del costal de sufragios que se requieren para ganar la presidencia.

    Veracruz no es cualquier territorio. El último conteo oficial arrojó que la lista nominal es de 5 millones 904 mil 406  ciudadanos en posibilidad de votar, la mayoría del padrón está integrada por mujeres con 3 millones 166 mil 798 inscritas en la lista nominal.

    La decisión está en manos de las mujeres. Veracruz podría ser un país por si mismo, es un estado politizado; aún así Marcelo manda a un senador con licencia acompañado de una jovencita con tableta en mano, a recorrer la geografía veracruzana que lo único que comparte con San Luis Potosí es la cultura Huasteca 

    El mayor logro de Primo es avecindarse desde hace tres meses en Poza Rica, Xalapa y Coatzacoalcos en intento quimerico de omnipresencia política en favor del canciller.

    Nada más.

    Ante la embestida de los congresistas gringos que venden la posibilidad de bombardear con drones no tripulados los asientos geográficos de los cárteles del fentanilo en México, droga que mata a cien mil estadounidenses al año, ‘el cuate Marcelo’ sirve de apagafuegos presidencial a costa de alejarse de la parcela nacional, donde no camina ni predica en busca de adeptos.

    Además, es el único que sabe inglés.

    En el Palacio de Gobierno, en Xalapa,  dónde sus inquilinos se la juegan y rifan por Claudia Sheimbaun Pardo, a grado tal de morder al mismísimo secretario de gobernación, Adan Augusto López en desprecio del paisanaje tropical; se deben pitorrear de la representatividad de Ebrard en territorio veracruzano.

    Casi vencido el primer trimestre del año definitorio para el levantamiento de las tres encuestas abiertas del Movimiento de Regeneración Nacional, para sacar en el método más democratico para la cuatrote a su abanderado o abanderada presidencial sin la sospecha del tramposo cuchareo, mediciones revestidas de legalidad, transparencia y moralidad solo por la palabra de AMLO, Marcelo Ebrard no ha pisado terruño jarocho, por angas o mangas no ha tocado base, no se ha bañado de pueblo, no ha tocado la marimba ni se ha tomado un lechero en La Parroquia, ni se ha comido una torta en Roque, ni un volovan en el Tranvía del Recuerdo; luego entonces, según sapiencia jarocha, no conoce Veracruz.

    Cuando Primo Dothé Mata lo traiga a recorrer las cinco regiones veracruzanas, Marcelo verá más bardas pintadas con el slogan incomprensible del ‘es Claudia’, que anuncios de bailes populares amenizados por Nelson Kanzela.

    Campechanerías aparte, no se puede dirigir una campaña interna enviando a un solitario y desconocido heraldo que no conoce los liderazgos locales de la geografía veracruzana.

    Más aún cuando toda.la estructura gubernamental trabaja en concordancia y constancia a favor de la jefa de gobierno de la CDMX y de la secretaria de energía, Rocío Nahle García.

    La distancia es muy larga en esta competición, el hándicap de Marcelo es casi imposible de remontar respecto al conocimiento de su propuesta en un estado donde no esconden ni soslaya la identificación con la Sheimbaun.

    Ya se fueron tres meses valiosísimos. O El ‘Primo’ del ‘cuate Marcelo’ es un operador que trabaja en muy bajo perfil para no desatar la ira de los inquilinos de Palacio de Gobierno o de plano Veracruz no interesa en la jugada del canciller.

    Dos escenarios difíciles de entender para la nueva clase política de la cuatrote.

    Los números de la elección del primer domingo de julio de 2018 no sé repetirán. El oficio de la gobernanza es desgastante, más si el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue aún en campaña inacabable rumbo al 2024 dónde lo que se medirá es la confianza por la continuidad o el rechazo por el país que enderezó la cuatrote dónde la carestía de la vida, el desempleo y la inseguridad son los tres jinetes apocalípticos que podrían derribar la estatua del machuchón tabasqueño 

    Así que despreciar casi 6 millones de votos anidados en el colectivo veracruzano, es una estrategia muy arriesgada… o muy tonta.

    El escenario de las corcholatas se reconfigura con el paso de las semanas.

    Las casas encuestadoras ya bajaron al titular de SEGOB, situandolo atrás del fajador Gerardo Fernández Noroña.

    Algo pasó. El propio presidente AMLO dijo la semana pasada que «quiero mucho a Adán, pero yo no voy a decidir», según cabezal de El Reforma.

    Quién debe llorar a mares como la canción de Maná con esta declaración, es el minatitleco Sergio Gutierrez Luna quien apostó su vaporera completa de chanchamitos a la causa del tabasqueño encargado de la política interna del país.

    Por lo pronto, el Primo del cuate Marcelo no hace verano en tierras veracruzanas.

    … de otro costal.

    El puente Allende que une al centro con el norte de la ciudad de Veracruz es una boca de lobos en las noches jarochas.

    16 luminarias hacen falta dónde solo permanecen las bases de cemento dónde alguna vez se erigieron los postes del alumbrado público.

    16 años han pasado desde que Julen Rementería del Puerto inauguró este puente, hoy una obra a la nada, cayéndose a pedazos entre el óxido y la desidia de la administración municipal panista.

    Eso sí, se filmaron varios streaming para alzar la mano en pos de la armadora Tesla.

    No hay vergüenza.

    Y en Xalapa, dónde se restriega a los pobladores las más de 400 obras públicas, a  las eminencias grises de la administración de Ricardo Ahued se les ocurrió la idea de taponar al mismo tiempo  Lázaro Cárdenas y circuito Presidentes, ahorcando las dos únicas salidas de la capital con  dirección a Veracruz.

    Cómo dice el yucateco: todo exceso es mucho.