Julio Vallejo
La línea delgada entre mi opinión y la tuya
Cuando me invitaron a la Ruta Turística: Camino Real-La Angostura en el Estado de Chiapas, me sentí una papa enterrada envuelta en papel periódico para madurar; pues desconocía en qué consistía el evento, la cultura y el folclore de aquella zona; es ahí donde comprendí, la importancia y el valor que tienen en la historia del ser humano. Además, de que las costumbres y raíces de nuestros pueblos originarios se deben conservar y fortalecer.
Panolti.
Siempre consideré que el desayuno es el alimento fundamental para vivir, pero después de un viaje de 14 horas con escala en Acayucan con dirección al municipio de Comitán de Domínguez, lo fundamental era salir temprano.
El intercambio de culturas se hizo notar desde el primer momento que se subieron a la camioneta Julia, Lety, Lupita, Paz y Neto con la vestimenta tradicional de la Sierra de Zongolica, Ver. quienes nos acompañaban para participar en las actividades programadas en la ruta turística.
La delgada línea de la frontera entre estos dos bellos estados se tornaba de una forma muy peculiar, pues al ir conduciendo la camioneta,
logré percibir dos iguanas bronceándose a media carretera, por lo que tuve que dar un volantazo estilo timón, haciendo que la camioneta se deslizara como una enorme serpiente en el ardiente asfalto, anunciando la puerta de la selva lacandona.
Mientras el sol se apagaba, las chicharras anunciaban el telar obscuro donde se colgaban las estrellas brillantes. A su vez, La luna iluminaba el camino que dejaba ver rastros del EZLN con mensajes plasmados, los cuales no pude leer por la premura que llevaba.
Blancos o negros dependiendo el color con que se mira.
El gallo se dormía y el reloj se confundía tras eliminar el horario de verano; lo bueno de esto, era que el evento sería por la tarde, ya no habría motivos para no llegar puntuales a la presentación del libro “La Delgada Línea”, autoría de un servidor.
Carnaval de Ton Koi dejaba las huellas de una bella estampa chiapaneca, las marimbas resonaban de algarabía, mientras que en los stands se hacían presentes los olores de la medicina tradicional, la cerámica y vestimenta típica de las altas montañas de veracruz.
Los desnudos (pinturas) del maestro José Cruz García y de sus talentosos acompañantes Antonio y Víctor se trasladaron de lo museos de Moscú, Rusia a los parques de Comitán y las Rosas; mostrando la humildad de grandes pintores al exhibir sus obras a cualquier persona y en cualquier lugar.
También durante el evento, se presentó el “Protocolo Comunitario Biocultural de la Congregación de Zacamilola del municipio de Atlahuilco, Veracruz” escrito por mujeres Náhuatl.
Y es en ese mismo idioma, que Afrikka Merith interpretaba la canción de “la llorona”, posterior lo hizo en popoluca y Zapoteco. A la par, hombres y mujeres armaban como arañitas, los ramos que serían vendidos el día domingo.
Acercándose el final, los chiapanecos se encontraban con lágrimas en los ojos, asemejando la cascada del chiflon con todo y sus golondrinas.
Sin duda un gran evento literario, musical y artesanal.
A nuestro regreso, un tucán volando entre los árboles nos despedía y mostraba los colores de aquel bello estado.
Para finalizar, un toche acompañado de la fría noche, cruzaba por la carretera de jalcomulco, Veracruz anunciando la llegada a mi hogar dulce hogar.
Tlatzocamati miahk (Muchas gracias en náhuatl) al diputado José Luis Tehuintle Xocua del Estado de Veracruz y a la diputada local de Chiapas Maria Roselia Jiménez Pérez; por difundir y apoyar estos encuentros culturales, que sin duda alguna enriquecen ambas regiones; pero sobre todo para que no se extingan nuestras raíces.