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    Felipe de Jesús Fernández Basilio
    Desde A Janela

    “Ya solo restan un año, cinco meses y dieciséis días para que se vaya a … su rancho”

    Después de guardar los días santos, de disfrutar de unos merecidos días de descanso o de, mejor aún, ambas cosas, es tiempo de volver a reflexionar sobre las cosas mundanas que atañen esta ahora muy atribulada nación.


    Esta vez no vamos a hablar de grillas o de los temas que en estos tiempos dividen tanto a los mexicanos y, aunque el título de este texto pareciera que nos lleva por esos caminos, la realidad es que vamos a tratar un tema que es totalmente ajeno a lo que se trata en el show diario de palacio, tan es así que lo tratan de ocultar, pero que es muy importante para la vida de una nación moderna y democrática como lo es México.
    Así que hablaremos de transparencia, sí esa palabra que todo gobernante y más si tiene tendencias autocráticas, como es el caso de López O., repugna y tiende a minimizar.
    Más esa repulsión, lo que en realidad esconde es un temor por parte del autócrata tanto al significado como a las consecuencias de lo que es la transparencia, y por esa razón, es que una constante en la administración de López O. ha sido ocultar casi toda la información pública y, al mismo tiempo, reducirla a lo que él expone en sus programas diarios, exposiciones que realiza en forma de diatribas con la finalidad de desviar la atención sobre los datos duros que genera el ejercicio de la administración pública.
    Lo hasta aquí señalado es en lo que consiste la parte activa de López O. con la cual pretende impedir el desarrollo de la transparencia en su administración, misma que hasta cierto punto puede ser admisible como una táctica para evitar ser cuestionado sobre temas complejos sobre su presidencia.
    La que ya no tiene manera de ser perdonada, es la obstrucción deliberada y sistemática que, tanto el presidente como sus levantadedos en el Senado, llevan a cabo para impedir el adecuado funcionamiento del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) al evitar a toda costa nombrar a tres comisionados que remplacen a los que en lo que va de la actual administración han concluido su encargo.
    Cosa que han hecho incluso desobedeciendo órdenes dictadas por jueces de distrito, con lo cual la actitud de los dizque senadores de MRN es aún más abiertamente rebelde al régimen constitucional mexicano.
    Si el desacato a una orden judicial y el negarse a cumplir con un mandato constitucional que es el nombrar a los comisionados del INAI cada vez que se hace necesaria su renovación periódica es ya de por sí grave, todavía mayor gravedad tiene el efecto de ese incumplimiento de los deberes senatoriales al convertir a ese instituto en un órgano inoperante.
    Y es que al no contar con tres de los siete comisionados que debe de tener, carece del quórum legal para sesionar y al no poder sesionar, se imposibilita el que resuelva las demandas ciudadanas de acceso a la información pública, con lo que se priva a los ciudadanos mexicanos de uno de sus derechos constitucionales; mismo que consiste en conocer a detalle la actividad tanto del gobierno, como de los demás poderes, organismos autónomos, partidos políticos, sindicatos, estados, municipios y cualquier persona física o moral que utilice fondos públicos.
    Nada más y nada menos que en eso consiste la omisión de los senadores de MRN en nombrar a los comisionados del INAI, omisión que se debe a una orden expresa enviada desde Palacio Nacional con la finalidad de evitar la transparencia de la información pública y con ello ocultar a los mexicanos el actuar del gobierno, el cual seguramente es muy diferente a lo que se dice en los programas de televisión del presidente.
    Debemos recordar que el INAI fue creado durante la transición democrática del año 2000, debido a que fue propuesto como una promesa de campaña de Fox, la cual fue llevada a cabo junto con la colaboración de destacados comunicadores pertenecientes al llamado “Grupo Oaxaca”, primero bajo el nombre de IFAI, para luego ser reformado con una ampliación de sus facultades en 2015 y así adquirir el nombre y las facultades que tiene hoy en día.
    Y así mismo, debemos de tener presente que el trabajo de este órgano autónomo ha sido clave para conocer de malos manejos gubernamentales como han sido los casos de la Casa Blanca, la Estafa Maestra o las empresas fantasmas de Javier Duarte.
    Y si tenemos en cuenta esos antecedentes, fácilmente podremos darnos cuenta del temor, o mejor dicho pavor, que López Obrador le tiene a dicho instituto y así, explicarnos también, el por qué busca evitar a toda costa su funcionamiento; ya que Segalmex, Dos Bocas, la Casa Gris de Houston, la muerte de los migrantes y muchos otros escándalos que han sonado en esta administración, tienen mucha información que busca ser develada y su salida a la luz, solo puede ser demorada haciendo inoperante al único órgano que puede forzar su descubrimiento.
    felfebas@gmail.com
    Twitter: @FelipeFBasilio