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    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    En mi opinión muy personal, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha quedado muy lejos de lo que muchos pensaban, o querían.

    En 2006 y quizá un tanto en 2012 dio batalla, inclusive y sin temor a equivocarme, él mismo criticaría al presidente en este sexenio, o sea a él mismo, porque en todos esos años de campaña prometió tanto que se excedió y cuando se dio cuenta, no pudo hacer casi nada de lo que tanto habló por años.

    No es tomar el teclado y anotar todas las cosas malas, que sí las ha habido, pues más bien se trata de preguntar si realmente era lo que la gente pensaba que sería si López llegaba al poder.

    Como ejemplo ponemos las llamadas “mañaneras”. No, nunca fue un ejercicio para rendir cuentas. Quizá en algún momento se informó sobre el aeropuerto “Felipe Ángeles” o bien, de la refinería “Dos Bocas” en Tabasco. Nunca quiso contestar si en el caso del aeropuerto era una ampliación ni mucho menos informó el costo. Tampoco fue muy claro con el tema de la refinería y hasta se molestaba cuando se le preguntaba –con pruebas en la mano- sobre las constantes inundaciones.

    Vaya, el tema del Tren Maya fue el acabóse, pues siempre se criticó el hecho de que se tumbaran decenas de miles de árboles cuando él mismo prometió que no habría devastación. Por el contrario, se molestó cuando se le cuestionó sobre los recursos que generaba toda la madera fina y mucho menos contestó sobre el destino de esa madera.

    También se molestó con las masacres, algunas muy constantes en su gobierno. O bien, le molestó el tema de las medicinas que faltaron, faltan y seguirán faltando en los hospitales y centros de salud.

    Lo más grave es que ante una pregunta incómoda, él hace historias del pasado, evade la pregunta y hasta acusa a los reporteros y a sus medios de ser conservadores. Vaya.

    El tema del Ejército y la Guardia Nacional le sacan de quicio y no es para menos. No dan resultados, pero eso no lo reconoce. Soldados y elementos de esa corporación son humillados por narcos y por los mismos civiles y terminan retrocediendo o liberando a los fascinerosos si es que por allí llevan trepados a algunos.

    Para el presidente hablar del dinero es peor, pues según él, las cuentas van muy bien pero nomás con verles la cara a sus funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público uno imagina el infierno que viven.

    Ha callado ante el caso de Segalmex en donde el fraude y saqueo supera los 15 mil millones de pesos y no tiene ninguna intención de hacer rendir cuentas a uno de sus maestros, Ignacio Ovalle quien para López es un gran y “honesto” funcionario.

    Y así, López transformó la mañanera en un ejercicio de quejas y llantos, debido a que quienes le cuestionan y atacan –según él- son los conservadores. Peor aún, de cuando en cuando algunos invitados cantan o bien, hay una reportera que saca lo peor de sí para tratar de desmentir lo que no se puede desmentir.

    No se puede creer, por ello, que el propio presidente, que convirtió la mañanera en una charada, quiera desaparecer el Instituto Nacional de Acceso a la Información con dos situaciones absurdas: que desapareciéndolo se ahorrarían mil millones de pesos y que quitando el INAI quedarían las mañaneras. O sea.

    Y aquí la pregunta para los simpatizantes y uno que otro alegorero ¿Era eso lo que querían en la presidencia?

    Sheinbaum no es la mejor opción

    Al parecer, una de las cualidades que más resaltan en los integrantes de Morena es el “tirarse al piso” por alguien, ya sea por López, o Mario Delgado o el diputado “trans” María Clemente, entre otros.

    Hace unos días, tras su visita a Veracruz como parte de su campaña hacia la presidencia, Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno de la Ciudad de México fue alabada, casi subida a un altar por el diputado Juan Gómez Cazarín.

    El legislador, que ha sido el peor presidente de la Junta de Coordinación Política de la Legislatura estatal –y mire que hubo algunos malos- se destapó diciendo que Sheinbaum es una mujer comprometida con el bienestar y con el pueblo y que ha impulsado políticas públicas exitosas para el beneficio del pueblo, en este caso de la Ciudad de México.

    Y más, dijo que ella ha marcado la pauta para el resto del país y que ha hecho mucho para garantizar derechos como la salud, la educación, vivienda y una movilidad segura.

    Al legislador y a la misma Claudia Sheinbaum hay que decirles que eso no es cierto. Allí están los videos de cuando los “guaruras y trogloditas” de la mujer han corrido a vendedores indígenas de algunas zonas, a macanazo limpio y sin que nadie les ponga freno.

    El caso más duro contra Sheinbaum es el derrumbe de la Línea 12 del Metro, en la que murieron 26 personas a las que a sus familiares aún no se les da respuesta y peor, murieron a causa de una falla debido a la falta de mantenimiento del Metro. Han gastado dinero limitado en el gobierno y las fallas siguen presentándose. Impusieron a miles de elementos de la Guardia Nacional y las cosas van peor. Imagine usted, si no puede con el Metro, no imagino a Claudia Sheinbaum tomando el control del país.

    Está el tema del Colegio Rébsamen en la que murieron 26 personas. Muchas cosas  se anteponen a la mejor versión que quieren presentar de Sheinbaum.

    Pero lo que más debe preocuparnos es que si se diera el caso que ella fuese candidata y ganara, no va a ser ella la que dirija el destino del país. Ella es una servidora al cien por ciento de López, él seguiría al frente del país, con el riesgo de que lo siga dejando peor. Así es.

    PD La inseguridad está matando a muchas mujeres en Veracruz. Cientos de miles más están en peligro. No parecen importarle a este gobierno. La autoridad está empecinada en seguir en el poder. Por eso no gobiernan. Andan ciudad tras ciudad tratando de acarrear votos. En algunos lados a favor de Sheinbaum, en otros a favor de Adán Augusto y los menos favorecidos, los de Ebrard hacen su luchita.

    No imagino de aquí a noviembre, la enorme fractura que habrá en Morena, pues no todos seguirán en el barco. Por lo menos Ebrard y Monreal no y allí será un motivo de preocupación. No existe la unidad que pregona el presidente y eso se reflejará en las casillas en 2024.