José Luis Enríquez Ambell
Café de Mañana
«El que sabe hacerlo debe hacerlo y bien, pues el dinero de la política es para hacer política”, le oí decir a Don Ángel Leodegario «Yayo» Gutiérrez Castellanos, uno de los mejores amigos de mi abuelo paterno, Luis Enríquez Valencia, que en paz descansen.
Viene a colación esas líneas en razón que el pasado fin de semana, Veracruz fue testigo de una amplia movilidad por la visita de personalidades de la vida nacional y del estado que realizan el más intenso activismo político en torno a la sucesión transexenal del 2024.
Los vínculos entre las normas oficiales y oficiosas de las esferas económica y política desde el sector gobierno para efectos de activismo social y partidista no es una práctica reciente aunque los métodos puedan ser no precisamente iguales entre el pasado y ahora.
En todo momento de procesos políticos -internos y constitucionales- toda la estructura clientelar, individual como colectiva, se mueven con la música y el ruido del dinero, elemento que resulta indispensable para organizar toda la competencia política -sea leal o no- y pues en la actualidad el recurso circula lejos de la regulación y el control de las autoridades normativas, llámense los organismos electorales, las contralorías, los tribunales y todo ente que contribuya a la transparencia, rendición de cuentas y democracia.
Este fenómeno -válido o no, justificable o no- de no emplearse para mover a las masas; antes y durante la jornadas de elecciones, de no favorecer en las urnas en terminos de resultados, mostrará que esos recursos de la política para hacer política no llegaron al activismo, pero quizá, sólo quizá; «llegue a los bolsillos de algunos”.
Debe saberse también que el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) como los organismos estatales -OPLE en el caso de Veracruz- todo lo que aprueben por unanimidad o no en materia del financiamiento público para los partidos políticos, está fuera de todo el gasto que por ahora se ve circular en el activismo que estamos observando.
Esta historia continuará por los siglos de los siglos.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
El proyecto de reforma a la Constitución para acotar las facultades del Tribunal Electoral Federal, parece el inicio de una larga discusión legislativa y política, entre Morena y el proyecto de la magistrada Janine Otálora Malassis, que intenta invalidar la ampliación del mandato del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado.
En cuanto a la posible reforma a la norma constitucional que regula al TEPJF, considero que sólo podría ser impugnable si se alegan y se prueban violaciones al procedimiento legislativo de reforma constitucional.
Uno de los temas, es el que señala que el TEPJF -de aprobarse la reforma- sólo podría realizar interpretación literal de la Constitución. «Ésta sería una norma regresiva”, dado que el TEPJF es un órgano Constitucional, garante del respeto a la Constitución, lo cual hace constantemente mediante la aplicación y, en su caso, interpretación gramatical (o literal), sistemática y funcional (o teleológica), de todas las normas constitucionales y legales.
Si la reforma que se propone es aprobada, entonces se estaría regresando a la idea y norma que derivó de la Revolución Francesa en el sentido de que los jueces serán únicamente la boca de la ley.
Esta historia jurisdiccional y política apenas empieza, pues suponemos en la población que al interior de los partidos y organizaciones sociales la voluntad máxima es la de sus militantes con el aval del INE, en este caso.
DE SOBREMESA
Excelente noticia del Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, al anunciar que su admiración brindará apoyo a la próxima edición del Carnaval de Veracruz. Y como decía Joe De Lara en Bazar del Hogar: “Allá nos vemussss”.
UN CAFÉ PARA LLEVAR
El INAI, entre otros órganos autónomos e instituciones del País, parece sólo se podrán salvar de no ser desmantelados a través del diálogo y los acuerdos que nazcan de la concordia y buena voluntad de todos los grupos parlamentarios y el poder ejecutivo.
¡ ES CUANTO !
enriquezambell@gmail.com