Miguel Ángel Gómez Ruiz
Contrapunto
El presidente López Obrador destila odio cada que opina sobre alguna persona o publicación. No deja de calificar a todo aquél adversario como “conservador” y los calificativos empeoran si se habla mal de él o de su familia.
Para acabar pronto. No ha sido un presidente institucional. Hizo a un lado instituciones. Desapareció otras y ha criticado a todo aquél que se le ha ocurrido cuando tiene un micrófono al lado. A veces le gana hasta su pensamiento y dice uno que otro disparate. Quizá sea a propósito o bien, todo ello supera su capacidad.
A casi cinco años de gobierno, sigue quejándose de todo lo que pasa y adhiere a sus resultados lo negativo de otros gobiernos. Vaya, no hay día que no hable de Felipe Calderón pese a que este dejó su administración en 2012. Ha sido más cauto al hablar de Peña Nieto, quizá por los acuerdos que signaron o bien, porque su trabajo pesó más en su administración.
Al fin y al cabo, sigue culpando a los panistas del mal estado en los hospitales, pese a que ha tenido –según él- recursos suficientes para que tengan un mejor aspecto, mejor atención y sobre todo, medicinas, pero eso jamás ha pasado.
Quizá si hubiese elegido a las personas correctas y no hubiera tomado medidas que copia de los 70’s a lo mejor habría crecimiento. Pero la economía no ha crecido pese al entusiasmo de una que otra calificadora que “hacen lo que pueden” para contagiar de optimismo a la población.
Los gobernados, por su parte, están felices porque el gobierno destina recursos para estudiantes, para pensiones y otras ayudas pese a que eso no sirve de mucho. Inclusive, esta administración ha tenido que hacer de todo para que ese recurso no falte: Pidiendo prestado, porque sí lo han hecho; desaparecieron fideicomisos para tomar el dinero, así como de una que otra oficina que también desaparecieron y sin duda, porque creo que así ha ocurrido: han tomado dinero de los gobiernos estatales morenistas que no han gastado –cayendo en subejercicios- para pagar todo ese dinero. A ver hasta cuándo.
Ha sido la labia del presidente la que le ha salvado. Utilizar un micrófono para atacar, amenazar y hasta prometer que metería a la cárcel a los corruptos han sido sus discursos. Pero por muy encendidos que estos sean son muy pocos los exfuncionarios que han ido a prisión. Es más, hay muchas cosas que señaló que estaban mal y nunca lo pudo probar. Ni siquiera se esforzó porque todo era mentira. Vaya, ningún fideicomiso de los que tomó el dinero –vaya usted a imaginar para qué- era ilegal o había corrupción.
Por el contrario, habría que preguntarle al presidente López Obrador y a su gobernador consentido, Cuitláhuac García, sobre el fideicomiso del Fondo de retiro de magistrados y para la Impartición de Justicia que oscilaba en los mil 700 millones de pesos, dinero que desapareció cuando estuvo al frente del Poder Judicial de Veracruz, Isabel Romero Cruz, ya jubilada.
Ese recurso fue exigido por el secretario de gobierno, Eric Cisneros a la entonces presidente Sofía Martínez Huerta, ya fallecida. Fue una exigencia brutal pues inclusive, el funcionario le gritó a la titular del Poder Judicial que ella estaba al frente gracias al gobierno. Ella se negó y a los pocos días fue sustituida por Isabel Romero Cruz.
Del dinero nada se sabe. En la administración del Poder Judicial –que no se jactan por ser muy inteligentes- no dijeron nada. El dinero se perdió. Quizá fue para becas. Quizá fue para otras cosas.
Otro feminicidio en Veracruz.
Lizbeth era una joven que vivía en El Moralillo, en Medellín de Bravo. Tenía dos hijas y una pareja que vivía en Rancho del Padre, en la misma demarcación.
Esta joven de apenas 25 años vendía postres y arreglaba uñas. Tenía ciertas habilidades y era querida y respetada por familiares, amigos y vecinos.
Desapareció el 2 de abril. No se sabía de ella hasta que unos vecinos de Rancho del Padre denunciaron que de un pozo salían olores fétidos. Llegaron elementos de seguridad y así fue encontrada la joven mujer, en un terreno que pertenece a su pareja, quien ya fue detenido.
Según las cuentas de grupos feministas y buscadoras van 31 feminicidios, según otro grupo de la zona centro van 40, el detalle es que las mujeres siguen siendo noticia. Noticias que, según el gobierno, son difundidas para lastimar su imagen y trabajo, pero hasta ahora, la única verdad es que no ha sabido proteger a las mujeres en la entidad.
Aquí en la entidad puede pasar de todo: Mujeres apuñadas, ahorcadas, balaceadas, golpeadas y ocultadas y al final, el discurso es que la mayoría andaba en malos pasos, como si lo ocurrido fuera un castigo por un comportamiento que sólo se le ocurre a un mal gobernante.
Lo cierto es que sigue habiendo pérdidas y maltrato a las mujeres y no hay resultados de las investigaciones.
Además, la Fiscalía General del Estado no hace bien su trabajo. El propio gobernador criticó a un juez que liberó a los padres de Marlon, el victimario de Monserrat Bendimes. Hay que decirle al mandatario que no hubo mala intención de juez. Simplemente la FGE no aportó pruebas suficientes, lo que significa que el expediente contra ellos estaba incompleto. Los detuvieron otra vez y a ver si ahora el ministerio público y en sí los fiscales hacen un mejor trabajo.
PD Todo indica que en Coahuila, el candidato de la alianza PAN, PRI y PRD, Manolo Jiménez ganará la elección pues su ventaja es cada vez más clara y ayuda mucho que el gobernador Miguel Riquelme ha realizado un buen trabajo. El pronóstico en el Estado de México es más cerrado porque aunque Alejandra del Moral (PAN, PRI, PRD y Nueva Alianza) es mucho mejor candidata que Delfina Gómez (Morena) el gobernador de ese estado, Alfredo del Mazo se entregó a Morena desde el inicio de la administración. Cuidado con los malos gobernantes, pues en Veracruz –el próximo año- podría ocurrir una sorpresa.
El domingo estuve unas horas en la Ciudad de México. Transité varias alcaldías, pero me agradó mucho estar en Álvaro Obregón y en la Cuauhtémoc. Muy limpias, iluminadas, dinámicas y con mucho orden. Fue una gran experiencia.