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    Miguel Ángel Gómez Ruiz
    Contrapunto

    La protesta o manifestación que encabezó el gobernador Cuitláhuac García el pasado domingo en la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tuvo una serie de efectos que no fueron favorables para el propósito de la misma.

    Primero, porque para transportar a diputados, regidores y simpatizantes de Morena se utilizó recurso público. Es decir, nadie en su sano juicio y menos con la situación que vive este país, tendría la osadía de gastar de sus recursos para acudir a una manifestación.

    Quiérase o no, los organizadores y el propio gobernador Cuitláhuac García sabían sobre los ataúdes que se utilizarían durante la protesta y que se referirían a Norma Piña, presidente de la Corte que, junto con ocho magistrados más, determinaron que la primera parte del plan “B” electoral era inconstitucional.

    También, un sector del grupo mostró su agresividad contra reporteros de la capital del país. A golpes y patadas y con palabras altisonantes atacaron a reporteros de Radio Fórmula.

    Un hecho curioso es que en medio de los ataques a Norma Piña, mujer con mucha más preparación académica que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, estuvieron mujeres.

    Tal fue el caso de la directora del Instituto Municipal de las Mujeres en Xalapa Zaira del Toro Olivares, quien hizo a un lado su investidura y decidió avalar con su sola presencia, los ataques a una mujer que se ha dedicado a defender la ley y la Constitución.

    Es curioso que una mujer decidió avalar una protesta sin sentido y le valió que se atacada a una congénere y decidió seguirse manifestando, viendo pasear los féretros con la imagen de Norma Piña.

    Asimismo, la regidora de Veracruz, Lissethe Martínez Echeverría avaló la protesta y decidió manifestarse por igual, atacando a una mujer que ha cumplido en su trabajo y para la que la ley es un tema prioritario, pues no solo busca que se respete la legalidad, sino que se honre a la Constitución por encima de lo que sea.

    Otra de las protagonistas, Joana Marlene Bautista, administradora de la Judicatura que también se hizo presente, a sabiendas que allá en la Suprema Corte sí se respeta la ley.

    La funcionaria del Poder Judicial, no puede olvidar que hace poco, una diputada panista con simpatía hacia Morena, Nora Jéssica Lagunes, firmó –junto con otras mujeres de izquierda- una carta en la que descalificaban sus acciones. Es decir, ellas aplicaron violencia de género contra su persona y casi nadie le defendió.

    Así la izquierda en Veracruz.