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    Ignacio Alvarez
    Pluma Negra

    La Comisión Federal de Electricidad (CFE), una empresa de clase mundial, según su slogan, se ha convertido en el talón de Aquiles de la parte final del gobierno de la transformación. En Veracruz como en todo el país, la CFE genera pérdidas incuantificables todos los días debido a los apagones.

    La empresa que dirige, Manuel Bartlet Díaz y que es parte de la Secretaría de Energía a cargo de Rocío Nahle, se ha convertido en el dolor de cabeza para el gobierno, y aunque el propio Presidente asegura que no hay apagones y que existe suficiente energía, la realidad es otra, los millones de usuarios tienen otros datos, sus pérdidas económicas casi todas las industrias y los servicios.

    Por ejemplo, los restaurantes, los hoteles, las tiendas, empresas de todos tamaños padecen la incertidumbre de los apagones en cualquier hora del día y cada vez más prolongados, lo que se traduce en pérdidas económicas, además de los pacientes de enfermedades que en sus domicilios requieren de la energía eléctrica para los equipos de su tratamiento.

    Los reportes por fallas y falta de energía, así como las variaciones de voltaje que no sólo afectan el desarrollo de actividades, sino que también dañan los equipos y aparatos electrodomésticos, sin que nadie se haga responsable de ello.

    En Veracruz, se suma el alto costo de la energía, durante años, los usuarios han esperado la reclasificación de las tarifas que, por ser una zona de temperaturas por encima del promedio nacional, le corresponde una reclasificación en sus tarifas y pagar lo justo.

    La empresa de clase mundial perdió la capacidad de resolver en tiempo las fallas y averías en su sistema de distribución de energía, dejó de invertir en la infraestructura y como consecuencia se padece una crisis que en efecto no tiene que ver con la falta de energía, sino en los sistemas de distribución que ya son obsoletos.

    En el municipio de Veracruz, el dirigente del Movimiento Renovador Democrático, Marco Antonio Moncayo Parra ha calificado de reptiliano al Director de la CFE, y no precisamente por venir de otro planeta, sino por lo inhumano de su actitud ante la crisis de la CFE y la falta de soluciones.

    Y ya ni que decir de los abusos que la CFE comete con sus inexplicables ajustes de facturación en los que aplican cobros indebidos y abusivos a los usuarios, mientras que a las miles de personas que se roban la energía de manera abierta en asentamientos humanos y con diablitos, no los tocan.
    Así que la empresa de clase mundial, se convierte en lo peor del gobierno de la transformación y no se observa una pronta solución.