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    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    Hace unos días, el diputado local en Veracruz, Fernando Arteaga Aponte fue seguido –y casi linchado- por extrabajadores sindicalizados del SAS en Veracruz y que fueron despedidos hace algunos años, justo cuando se le dio la entrada al Grupo MAS que controla la distribución del agua.

    Priista por muchos años y tras acercarse –por conveniencia- a Morena para sacar raja de ese partido, Arteaga Aponte logró la diputación local. Libró varios problemas antes de ser diputado y seguirá teniendo problemas pues como buen “parlanchín” no deja de tirar sus rollos a diestra y siniestra.

    Lo cierto es que como miembro de Morena él es un ejemplo de lo que no debiera ser un político, pues gusta del micrófono, del protagonismo y trata de resolver las cosas simple y llanamente porque sabe que en este momento su partido tiene todas las de ganar, pero en algún momento eso se revertirá, seguro.

    Promesa tras promesa, se inmiscuyó en temas del agua debido a que es presidente de una comisión en la Legislatura local, pero no ha resuelto muchas cosas y el tema de la desincorporación de Medellín al sistema de Grupo MAS ya se esperaba, porque así lo buscó el alcalde de ese lugar, Marcos Isleño.

    Y así, la Legislatura de Veracruz está llena de personajes “curiosos” que dan de qué hablar o bien, que tienen un pasado muy ajeno y que desconocen sus propios seguidores, sin duda. Como Ana Miriam Ferráez, que poco antes de ser diputada local contendió por una diputación federal por el PAN y que dijo que al escuchar hablar a López Obrador solo tenía una palabra: “asco”.

    Tampoco saben mucho sobre Juan Gómez Cazarín, que antes de ser diputado vendió coches y fue denunciado por una clienta qué tras no poder pagar un auto, fue a devolverlo al lugar en donde trabajaba el individuo y éste, en lugar de llevar el auto a su lugar, se apropió de él y lo revendió, ya se imaginará.

    O bien, el diputado Paul Martínez Marie, que llegó al poder como alcalde de Perote y que luego refunfuñó contra su partido –el PRI- y se fue al PAN tras ser electo Miguel Ángel Yunes Linares como gobernador durante dos años. Luego de su paso por la Secretaría de Desarrollo Económico, el muchacho decidió irse a Morena, sin importarle cambiar de bando en tan corto tiempo, pero sí para asegurar “la chamba” y tratar de ganar una vez más la alcaldía de Perote o bien, a ver si se acomoda en alguna secretaría si Morena llega a ganar la gubernatura otra vez.

    Otro de los diputados morenistas en Veracruz es José Magdaleno Rosales que también tiene lo suyo. Se ha metido en toda clase de entredichos y no ha sido un tipo muy destacado pues sobresale su ignorancia antes que cualquier cosa buena. No es bien visto por alguno de sus compañeros y no se sabe qué hará una vez que deje su cargo pues no es contemplado para la alcaldía y no se ve que pueda ser reelecto como legislador.

    Y así, muchos diputados locales, algunos otros federales y en otros cargos, pero Morena siempre da de qué hablar, pero lo que sí es cierto es que Veracruz es un caos y poco o nada ha hecho esta legislatura con todo y que Morena, junto con sus aliados, son mayoría en la entidad.

    Así ha sido, recordemos que en 2018 hubo diputados morenistas que accedieron al cargo gracias a una tómbola. No en balde encontramos a un buen número que, carentes de preparación, mostraron su verdadera cara. No sabían leer. Desconocían la Constitución. Vaya, no sabían siquiera saludar a la bandera. Quizá por eso el país está como está.

    El futuro

    Poco a poco se acerca el momento de que inicien las precampañas con todo y que los elementos de Morena sobrepasaron eso. Es decir, ya están en franca campaña rumbo a la presidencia.

    El final de esa historia ya la conocemos. Va a ganar Claudia Sheinbaum que sigue de gira por el país –aunque en muchos lados no le ha ido nada bien- y que está segura que será impulsada por quien en algún momento iba a ser su suegro, el presidente López.

    Del resto poco o nada se puede decir. Marcelo Ebrard no será candidato de Morena ahora ni en seis años ni en doce. No entra en los planes del presidente. Lo que López quiere es seguir gobernando, por eso pondrá a Claudia Sheinbaum, que con apego y sin voluntad propia, dejará que él decida todo. Así es, aunque a ella le duela y lo niegue.

    De la oposición hay tres elementos únicamente. Xóchitl Gálvez, Enrique de la Madrid y Santiago Creel. Son buenos elementos. Cualquiera de ellos mucho mejor que cualquiera de los aspirantes de Morena, eso es seguro. Pero no todos se muestran convencidos de que sea Xóchitl la que vaya al frente. Creo sinceramente que se le debe abrir paso porque ella sola provocó un miedo indescriptible en todo Morena. Vaya, hasta el presidente comenzó a jugar a las encuestas –todas falsas- y se atrevió a culparla de situaciones muy graves que no son ciertas. Si ella hubiera cometido algún error, uno solo, habría bastado, creo, para que él no la invitara a formar parte de su gobierno.

    PD El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, sigue sin dar una y no ha podido –ni podrá- detener la violencia. Este lunes se dio a conocer que tres personas fueron asesinadas en Omealca y la semana pasada hubo varios crímenes y ha sido una cuestión de todos los días. Pero volvemos a lo mismo, el gobernador está metido de lleno en la contienda de 2024 no sólo en el tema federal, sino tratando de abrirle paso a Rocío Nahle que tampoco se ha distinguido por cumplir. En fin.