Felipe de Jesús Fernández Basilio
Desde a Janela
“Ya solo restan un año, un mes y trece días para que se vaya a … su rancho”
¿Recuerdan esa frase?, ¿Recuerdan quién la pronunció? Y ¡Recuerdan quién durante décadas dijo ser todo lo contrario al autor de la frase?
Inicio esta colaboración con esta tercia de preguntas, porque recordar no solo es vivir, recordar también es sumamente importante para evitar repetir errores, y eso se vuelve sumamente trascendente cuando de nueva cuenta nos quieren pedir el voto para una “continuación” de una transformación que no lo fue.
¡Claro que se recuerda esa frase!, ¡Claro que se recuerda que fue Carlos Salinas el que la pronunció! Y ¡Claro que se recuerda que Andrés Manuel López Obrador durante décadas juró y perjuró que era todo lo contrario de Salinas!
Pues no, resulta que López Obrador, fiel a su costumbre, le mintió durante décadas al pueblo de México; ya que como gobernante, que es cuando los políticos sacan el cobre, no ve ni oye a su nación.
Y lo dijo descaradamente con un chiste, ese sí de cuarta, cuando se le preguntó por una de las peores demostraciones de hasta dónde llega la vileza del crimen organizado, el caso de los jóvenes de Lagos de Moreno, Jalisco que fueron obligados a matarse entre sí para beneplácito de sus captores y verdaderos asesinos.
Tampoco López Obrador ve ni oye cuando aparecen cuerpos destazados y congelados en Poza Rica, Veracruz ni mucho menos cuando grupos criminales vinculados a las trasnacionales del crimen organizado mexicano, porque eso han llegado a ser y en este sexenio han crecido como nunca, asesinan a un candidato a la presidencia opositor en una nación hermana como es el Ecuador.
El dolor de las familias no es visto ni oído por el gobierno, tampoco lo ha sido el dolor de las mujeres violentadas, ni el de los enfermos, ni el de los padres que se quejan por la destrucción del sistema educativo, ahora agravado por un cambio en la enseñanza que carece de metodología y recursos para ser implementado y cuyo instrumento, los libros de texto gratuitos, es ilegal.
También se ha vuelto una práctica gubernamental no ver ni oír a la ley, a los otros poderes, a las oposiciones ni a las autoridades autónomas.
Y así como el jefe máximo de la transformación que no fue, no ve ni oye a nadie que no sea su ego, así sus lacayos tampoco lo hacen.
La FGR no investiga ningún delito de alto impacto como los mencionados aquí, ya que sus preocupaciones solo son mantener a Ricardo Anaya en el extranjero, tratar de mantener en prisión a Lozoya, pero sin pedir una sentencia definitiva en su contra, porque se le caería el teatrito de sus declaraciones como testigo para inculpar a otros que no puede, sin tocar a los que sí podría, como los son sus compañeros en el gabinete de Peña Nieto. Ah, y lo más importante de todo, seguir hasta las últimas consecuencias con las venganzas personales de señor fiscal Gertz.
La CNDH de la señora Piedra, es una piedra que no ve ni oye a los que son violentados en sus derechos humanos, como lo han sido los familiares de las víctimas del crimen organizado por las deficiencias de la FGR; ni tampoco ve ni oye a los millones de mexicanos que se quedaron sin seguro popular ni a los padres de familia que se preocupan por el desastre educativo que existe en el país. Es más, la CNDH siempre está cerrada y ninguna queja se tramita, porque sus mandos ni siquiera acuden a trabajar.
PROFECO y CONDUSEF no ven ni oyen a los consumidores de bienes y créditos, porque no tienen ya oficinas ni recursos para operar y en sus oficinas centrales sucede lo mismo que en la CNDH de la señora Piedra, sus titulares no van a trabajar.
Lo mismo sucede con los legisladores y gobernadores afines al presidente, ya que los primeros si no legislan lo que sin razonar lo que les ordenan en palacio, se dedican a evitar que los funcionarios públicos rindan cuentas de su actuación.
Mientras que los gobernadores morenistas son unos inútiles funcionales que en lugar de atender a sus estados, solo publican desplegados para apoyar las ilegalidades de su jefe y algunos, como el de Veracruz van más allá, ya que mientras su entidad se incendia por la violencia criminal, el gobernador se lleva a sus poderes (es un decir, ya que no existen) a la ciudad de México para violentar el orden jurídico al pedir que se desconozcan tratados internacionales en materia de derechos humanos, porque no se sostiene la prisión preventiva que impone a diestra y siniestra por persecuciones políticas y no a los verdaderos criminales, la participación de la presidente del poder judicial de la entidad en esa clase de eventos aparte de ser abyecta, es inmoral.
Y para colmo, ahora que esta administración que ni ve ni oye a sus gobernados se acerca a su fin, todavía se atreven a pedir el voto por la persona que menos ve y oye a su entorno, Claudia Sheinbaum.
En fin, Carlos Salinas de Gortari debe de sentirse “feliz, feliz, feliz”, porque su supuesta némesis, resultó ser su alumno más aventajado, ya que el “ni los veo ni los oigo” se volvió un modo de vivir y de gobernar en la administración de la transformación que no lo fue.
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Twitter: @FelipeFBasilio