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    Julio Vallejo

    La línea delgada entre mi opinión y la tuya

    Nunca habíamos visto al mundo tan solo. La humanidad sigue asustada por la pandemia que pasamos. Esa pausa que nos dio la madre tierra pareciera que fue en vano. Las guerras entre países y las expresiones de una pugna biológica -y hasta nuclear-, no paran de sonar en la mente del ser humano.

    Pareciera que los avistamientos de sequías, hambrunas y migración son temas que no entran en la agenda del Estado con responsabilidad, ni tampoco en la de  la sociedad. Por razones no válidas prefieren hacerlos a un lado. 

    Si en algún momento pensaste que la juventud sería crucial para la sociedad actual -no para el futuro- creo y me atrevería a decir que estamos mal y que nos quedaron a deber. Como padres nos faltó capacidad de educarlos para el futuro; los jóvenes eran los encargados de que nuestro mundo evolucionara de una manera racional. Ellos deberían sentirse orgullosos por el compromiso adquirido de compartir conocimiento para que otros lo utilizaran y, en consecuencia, haber contribuido colectivamente en la edificación de un mundo mejor.

    Adolescentes surrealistas

    Hace algunas décadas, los padres de familia solo se preocupaban porque sus hijas adolescentes no salieran embarazadas o que sus hijos fueran alcohólicos. El mundo contemporáneo replantea el papel de la paternidad y los modelos a aplicar. Actualmente los jóvenes necesitan crear herramientas emocionales que los protejan de ellos mismos, pues el  rival a vencer ahora se llama ansiedad, depresión, autolesiones, suicidio, por mencionar algunos.

    ¿El reflejo de cada uno de los adolescentes es el Black Mirror de los padres? No lo sé, pero de que hay algunos errores de los padres insertados en nuestros hijos los hay.

    La frase épica de Salvador Allende “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”, es de una vigencia permanente. La juventud debe abordar temas actuales y enfrentarlos de una manera comprometida para cambiar su vida y, en consecuencia, a la sociedad.

    Aunque no quieran, son los precursores de un nuevo mundo que tiene nuevos retos y su creatividad será la principal herramienta para construir el futuro de las generaciones venideras. Esperemos sea uno más amigable.