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    Vicente Luna Hernández

    En 2018 acudí a un debate para hablar sobre la elección de gobernador del Estado, los invitados: Leslie Garibo por morena, Carlos Valenzuela por el PAN y yo por el PRI, el tema era hablar sobre las fortalezas de cada uno de los candidatos a gobernador, cada quien defendiendo a su partido, sin embargo, es importante señalar, que de los 3 participantes en el debate yo era quien no estaba en nómina pero lo hacia convencido que Pepe Yunes era la mejor opción para Veracruz, no era necesario estar en nómina para defender mis convicciones.


    Es fácil ser militante de un partido y defender una causa cuando se está en nómina, cuando hay cambios en la dirigencia estatal y por lo consiguiente los cambios se presentan en toda la estructura operativa, los que salen también se quitan la camiseta y empiezan a cuestionar lo que en su momento avalaron con su silencio convenenciero, los que salen de nómina se vuelven los más feroces críticos de la prácticas “ antidemocráticas” que se presentan en sus partidos y van llorando por los rincones en busca de volver a tener la oportunidad de qué cada 15 días se deposite en sus cuentas – o en la de algún prestanombre – lo que solo ganan con declaraciones estruendosas pero sin credibilidad incluso entre la propia militancia que dicen representar.
    La historia de la elección 2018 todo mundo la sabe, cuando los candidatos Miguel Ángel Yunes Márquez y Pepe Yunes Zorrilla hacía el recuento de los daños ya algunos de sus “ fieles” seguidores buscaban espacios en la administración estatal y federal sin rubor alguno, cuando la militancia de los partidos PAN, PRD y PRI se enfrentaban a un escenario laboral oscuro, algunos priistas y panistas tocaban puertas y ventanas para que les abrieran y después de tener un espacio temporal o no lograr sus propósitos se ponían la camiseta roja o azul y se integraban a sus respectivos comités directivos estatales sin ninguna vergüenza, ¿creen realmente que a la militancia se les olvidó ya su falsedad partidista?

    Hoy los rebeldes presumen de representar el espíritu democrático tantas veces menospreciado, hoy se vuelven defensores feroces de la militancia partidista, hoy piden para ellos lo que no dieron a esa militancia cuando tuvieron el poder político y por lo consiguiente económico y mostraban la cara de la soberbia en su máximo esplendor, hoy algunos que tienen un pie en morena o el partido verde no quieren sacar el otro que tenían en las oficinas de las tesorerías partidistas, hoy presumen de un liderazgo tan fuerte como su credibilidad ante la opinión pública, hoy aquellos que en sus respetivos distritos electorales han operado para morena ondean la bandera roja que ayer tanto les dio, hoy hablan de un partido que solo está en sus intereses y ambiciones políticas, que nadie se confunda, seguro que hay una militancia partidista – de cualquier color – que está por encima de los que hoy presumen ser feroces lobos pero ante morena…se vuelven dóciles borregos.
    Por el bien del Frente Amplio por Veracruz y de aquellos ciudadanos que quieren alternativas para el 2024, es necesario que los dirigentes estatales den un mensaje contundente y concreto, están abiertas la puertas para todos aquellos que quieran participar en sus filas pero en las listas plurinominales – esas son la razón de tanto brinco – el derecho de admisión debe para por varios filtros, es cierto, se necesitan votos pero también se necesita dar prestigio y credibilidad a quien encabece la candidatura del FAV, ¿creen que ya se olvidó quienes contribuyeron con su actuar cuando tuvieron el poder de la debacle 2016 y 2018?
    P.D.- Con el ánimo que las organizaciones de la sociedad civil le den oxigeno puro a los partidos políticos que tanta falta les hace…Escribiré otro día.