Ignacio Alvarez
Pluma Negra
EL método de encuesta para definir a la candidata o candidato a la gubernatura de Veracruz, trae locos a los punteros de las preferencias internas de MORENA, el aplazamiento de 10 días, alarga la agonía de los aspirantes, desnuda la realidad personal de todos. Quedan atrás los paleros y paleras que sólo se registraron en el proceso para declinar por otra o por otro.
Técnicamente hay tres finalistas; los veracruzanos, Eric Cisneros, Manuel Huerta y Rocío Nahle de Zacatecas mencionados por orden alfabético de sus apellidos, el resto ya quedó atrás, incluido Sergio Gutiérrez quien insiste en su ambición personal, pero que no levantó en la percepción de los veracruzanos.
El gran misterio es ahora, la veracidad de la encuesta, la transparencia de los resultados y el respeto a los mismos por parte de MORENA, y es que de los tres finalistas, Eric Cisneros parece ser quien legitimaría a una virtual candidatura para la zacatecana Rocío Nahle, pues es un secreto a voces que los simpatizantes de Cisneros también lo son de Rocío.
La piedra en el zapato para Morena, sería entonces, Manuel Huerta Ladrón de Guevara quien es el único que cuestiona el desaseo de los funcionarios y recursos públicos para apoyar a la zacatecana, además de que también cuestiona los resultados del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez.
MORENA está metido en un lío, transparentar las encuestas, les llevaría a un cambio de favorita, el gobierno estatal y federal ha respaldado las aspiraciones de Nahle que difícilmente podrá demostrar una ventaja amplia en la encuesta, Cisneros o Huerta podrían dar la sorpresa.
Ocultar las encuestas como lo hicieron en el caso del proceso para la candidatura de Claudia Sheinbaum, provocará la inconformidad de los participantes en el proceso interno, incluidos los coleros, además restaría credibilidad al proceso interno del partido en el poder.
Los resultados que se darían este lunes 30 de marzo, fueron pospuestos para el 10 de noviembre, se desconoce si sigue la encuesta, pero los aspirantes continuan con sus campañas a todo vapor sin el menor recato, sin reglas ni límites, pero sobretodo sin que ninguna autoridad les marque un alto.