Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
A un año de que concluya la administración estatal morenista, Cuitláhuac García Jiménez no pudo con la creciente inseguridad y con sus bandas criminales.
Los hechos más recientes así lo confirman una vez más. Este miércoles, en una casa de seguridad en el municipio de Catemaco fueron hallados tres ejecutados.
Los cuerpos presentaban huellas de tortura, estaban maniatados, amordazados con cinta canela y estaban degollados.
En el municipio de Juchique de Ferrer, este jueves fueron encontrados cinco cadáveres también degollados.
El hallazgo se hizo a orillas de la comunidad Laguna de Farfán. Hasta el momento se desconoce de quiénes se trata.
Pero un caso que conmocionó a la sociedad veracruzana fue el asesinato del empresario cordobés Erick Monlui Fernández.
Fue el pasado 26 de octubre cuando un comando lo secuestró; lo sacó de su negocio de venta de alimento para animales.
Díez días después su cuerpo fue hallado encobijado y con varios disparos en la carretera Córdoba-Veracruz, cerca de Rancho Trejo en el municipio de Amatlán.
La lista de actos delincuenciales, crímenes, feminicidios y hechos sangrientos que se han cometido en el estado de Veracruz durante la actual administración morenista es interminable.
Pese a los delitos que de manera diaria, constante y permanente sufren las familias veracruzanas, Cuitláhuac García Jiménez no se inmuta.
Se trata -dice y repite- de hechos aislados. Para el gobernador, de acuerdo con sus datos, Veracruz está en calma, sin nada de qué preocuparse.
A pesar del sufrimiento, del miedo y de la incertidumbre que vive la población, el gobernador rechaza, niega la creciente violencia e inseguridad en la entidad.
Si en su discurso, Cuitláhuac García combate la criminalidad, en los hechos fracasó.
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