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    Manolo Victorio

    Carpe Diem

    La oposición se ha resignado a priori a ser aplastada en las elecciones del primer domingo de junio del 2024.

    Esa es la impronta social. El que pega primero, pega dos veces, comprende la sabiduría del barrio.

    A los bandidos se les vence con más bandidos, resumía con descarnada simpleza el mafioso Pablo Escobar Gaviria su fórmula para ejercer el poder delincuencial organizado.

    En 20 días, el Movimiento de Regeneración Nacional hizo exhibiciones masivas, concentraciones de militancia que despejaron toda duda de su poderío ante los adversarios que aun divagan en la esquina del encordado político a quien mandar.

    El mensaje es que no habrá gladiador disruptivo que tenga el tiempo, estructura, equipo y actitud de aglutinar a los potenciales votantes desencantados con el gobierno de la cuatrote.

    Desde el 24 de noviembre que fue impuesto por Alejandro Moreno Cárdenas como el candidato del PRI a la gubernatura, José Francisco Yunes Zorrilla no ha encabezado un solo acto multitudinario que hinche el músculo de la oposición; no ha lanzado un solo discurso crítico hacia sus adversarios, no ha hecho un solo desplanta. Se ha muerto de nada.

    Se fue el mes y Pepe Yunes, quien en la matemática simple tiene un hándicap de 1, 291, 836 votos en contra en la medición con Norma Rocío Nahle García, después de la elección de 2018; no ha hecho ningún desplante que denote sus ganas por ocupar la silla que dejará vacante Cuitláhuac García Jiménez.

    Cuando el PRI iniciaba con los estertores de su crisis terminal en 2018, cuando los priistas aun no emigraban con descaro a Morena, José Francisco Yunes Zorrilla cosechó 528 mil 663 sufragios en su primera intentona por alcanzar su viejo sueño de ser gobernador de Veracruz.

    En la misma jornada electoral concurrente, la dupla de Norma Rocío Nahle García/Ricardo Ahued Bardahuil conseguía una bolsa de 1, 820, 499 votos a la causa morenista que los llevó en fórmula completa al Senado de la República. Una montaña de un millón 291 mil 836 votos que Pepe debería de estar trabajando desde ya si quiere ser competitivo.

    Las condiciones son distintas ahora. Sí. Son aún más adversas para José Francisco Yunes Zorrilla, quien no se ha podido adaptar a los cambios de la política, políticamente demasiado correcto, no espanta a nadie con su discurso.

    En la mercadotecnia política, el candidato priista es una repetición de sí mismo, quienes votaron en el 2018 se encontrarán con la misma oferta política, hoy defenestrada hasta el cansancio por Andrés Manuel López Obrador, quien mantiene al PRI en la inanición, secuestrado, sólo manteniéndolo vivo porque hay que ofrecer una imagen pública de democracia plural, en adaptación de la máxima reyesherolista de lo que opone, fortalece.

    Si Pepe Yunes está postrado en la inacción, en la pachorrudez partidista, tratando de retomar un barco que hace agua, con una emigración descarada de cuadros directivos hacia el nuevo partidazo magenta, en el Partido Acción Nacional no tienen prisa.

    En veinte días, lapso en que Morena y sus aliados se han pitorreado de la débil, descascarada y retraída oposición, el PAN sigue en el conciliábulo interno.

    La dirigencia del blanquiazul parece un enemigo embozado del PRI. Federico Salomón Molina, dirigente en funciones del panismo veracruzano dijo que José Yunes Zorrilla no es aún el candidato del Frente Amplio por México en Veracruz.

    En una embestida harakiri, el panista declaró que la coalición PAN, PR, PRD, aún no es un hecho.

    Con parsimonia de monje budista, el recadero de los Yunes del Estero dijo que será hasta el 12 de enero, fecha límite para firmar el acuerdo, cuando se sepa quién será el candidato del Frente Amplio por Veracruz.

    Prisa no tienen. Es evidente.

    El calendario electoral veracruzano indica que el inicio de las precampañas a la gubernatura deberá arrancar el 2 de enero de 2024 y concluir el 10 de febrero. Los panistas están dispuestos a dejar correr casi la mitad del tiempo asignado a los precandidatos y precandidata a la gubernatura.

    La impronta social es que no hay prisa porque el candidato no será de sus filas.

    El PRD se conformará con mandar a una mujer en la segunda formula hacia el Senado de la Republica. El mismo escenario de 2018.

    A la par de la parsimonia de la oposición, los 138 alcaldes de Morena, PT y Verde Ecologista, se han erigido como jefes de campaña, controlan los comités municipales, financian brigadas de volanteo en territorio, casa por casa, entregan el periódico Regeneración Nacional que sí se lee, sobre todo en las regiones rurales e indígenas, donde está el voto duro, hacen la mejor labor partidista: persuaden a la gente que los beneficios de los programas sociales continuarán sólo si votan por los candidatos y candidatas de Morena.

    Esta labor constante, imparable, sin pausa, permea entre un electorado que este 2023 recibirá 52 mil millones de pesos en programas sociales, desde becas a discapacitados, hasta las pensiones a los adultos mayores que en enero recibirán 6 mil pesos bimestrales.

    En la mesa, junto al fogón, anafre o estufa, las matriarcas repiten la monserga en forma descendente: hay que votar por Morena.

    Nada que hacer en el otro bando, desunido, descarnado, vergonzante en su imagen como bloque opositor.

    Solamente una tragedia impedirá a Morena y aliados alzarse con el carro completo el domingo 2 de junio de 2024.

    Una paliza anunciada con antelación.

    Los de la esquina contraria ya lanzaron la toalla al centro del cuadrilátero.

    Enviarán al rival más débil solo por cumplir con el reglamento.

    José Francisco Yunes Zorrilla tendrá que hacer de sí mismo un experimento fast track de metamorfosis política si desea contender con decoro.

    Habrá que hacer cambios, desde el discurso, la narrativa opositora; hasta el outfit para hacer un refresh en su imagen.

    Los enemigos están adentro, afuera sólo habrá adversarios.

    Nadie recuerda quien quedó en segundo lugar, decía Walter Hagen

    … de otro costal.

    Manuel Huerta Ladrón de Guevara es ya el precandidato de la primera fórmula de Morena hacia el Senado de la República. Sólo espera la resultante de la pelea soterrada en la militancia femenina de su partido.

    Ha dicho Huerta, testeando el dulce sabor de la venganza, que Dorheny García Cayetano quiere ser hasta reina del carnaval, en franco desaire a la posición impulsada por el inquilino de Palacio de Gobierno.

    Tampoco fue al masivo que le organizó Eleazar Guerrero Pérez en Banderilla a Norma Rocío Nahle García, con motivo del séptimo aniversario de la agrupación Unidos Todos. Ahí marca distancia con esta tribu morenista.

    El resucitado Huerta tampoco asistió a un evento de proselitismo interno que encabezó Mónica Robles Barajas en localidad El Castillo, municipio de Xalapa, pese a ser el territorio del ex delegado de Bienestar. No quiso tampoco que sus aliados y simpatizantes fueran.

    Algo pasa en Morena.

    Las únicas nahlistas que integran la lista son Claudia Tello Espinosa, diputada federal y la alcaldesa de Morena de Minatitlán, Carmen Medel, quienes pelean también por integrar la fórmula hacia el Senado; aunque dice Vargas que a la doctora Medel le tienen reservado ya los Servicio de Salud en el Estado de Veracruz.

    columnacarpediem@gmail.com