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    Felipe de Jesús Fernández Basilio
    Desde a Janela

    “Ya solo restan nueve meses y nueve días para que se vaya a … su rancho”

    ¿Sabían que el riesgo de fallecimiento por homicidio en personas de 15 a 29 años tiene una tasa de 10.4 por cada cien mil y que estos les siguen las personas de 30 a 59 años con una tasa de 8.3 por ciento por cada cien mil?

    Y no solo es eso ya que de acuerdo con las cifras que el INEGI reporta, el homicidio es la primera causa de muerte en ambos grupos de edades y que afecta de manera significativa a los varones, ya que estos aportan cinco sextas partes del total de muertes por esa causa e incluso hay quienes sostienen que esa alta tasa de mortalidad varonil es la que explica el atípico déficit de varones frente a mujeres que arrojan los censos de población.

    Así mismo, la muerte por homicidio supera, y por mucho, a la provocada por accidentes, pandemia, suicidios y a la que provocan los tumores malignos.

    Cabe señalar, que estos datos son del todavía año pasado (2022) y que las masacres y asesinatos han seguido produciéndose al por mayor semana tras semana hasta la fecha.

    La información es pública y la pueden consultar directamente en comunicado de prensa 503/2022 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), comunicado que trata de un estudio sobre suicidios, pero al posicionar la incidencia de los mismos, termina por ponerlos en un contexto general y ahí se revela el escalofriante número de los homicidios en México.

    ¡Díganme si esos datos no son escalofriantes, es más, díganme si no es una verdadera barbaridad que los homicidios sean la principal causa de muerte de prácticamente la mayor parte de la población!

    La mera verdad, esos datos solo pueden ser comparables a los de países que se encuentran en estado de guerra con otras naciones o que se encuentran sumidos en una guerra civil.

    Por supuesto que no se puede atribuir al crimen organizado y a la inseguridad la totalidad de los homicidios que se producen en el país, puesto que también hay crímenes pasionales, homicidios imprudenciales o los que cometen algunos psicópatas, como en cualquier otro lugar del mundo; pero lo que sí se les atribuye a las mafias mexicanas y a la inseguridad es el porcentaje tan alto de homicidios cometidos, lo cual los convierte en la primera causa de muerte de la mayor parte de la población joven y no tan joven de México.

    Y por supuesto, el principal corresponsable de esta situación es el gobierno que no hace absolutamente nada para poder controlar esta situación y que, para colmo, no le importa en lo absoluto.

    Y ahí está el presidente, que dice que si matan asangre fría a unos jovencitos es porque seguramente eran drogadictos que consumían productos de otro grupodelincuencial diferente al que controla su zona.

    De verdad, no puede haber un gobernante más patético, ya que en lugar de demostrar solidaridad y empatía con los deudos de los asesinados y buscar la manera de solucionar este flagelo, prácticamente se mofa de la situación y revictimiza a los asesinados al exhibirlos públicamente como los únicos culpables de que hayan perdido la vida y, peor aún, con ese tipo de declaraciones valida lo que es ilegal, el control territorial del crimen organizado.

    Siendo el colmo de todo, que la mayoría de las veces los estudios forenses practicados a los cuerpos de las víctimas han revelado que no consumían alguna sustancia ilegal

    De hecho, en estos últimos cinco años ninguna autoridad emanada de MRN o aliados se ha preocupado en brindar seguridad a sus gobernados, destacando el gobierno federal, ya que es el que constitucionalmente tiene la obligación de prevenir y combatir al crimen organizado y esto no se debe de olvidar, toda vez que las campañas de desinformación surgidas del palacio pretenden trasladar la responsabilidad a los gobiernos locales.

    Sí, el presidente y sus achichincles (candidata incluida) demagógicamente pretenden evadir la responsabilidad que tienen en esta desgracia, pero lo cierto es que la tragedia que se vive en México ha sido provocada y tolerada únicamente por el gobierno de la república.

    El gobierno federal es el único que tiene facultades para controlar el uso de armas y en su caso para reprimir cualquier delito cometido con armas de uso exclusivo de las fuerzas armadas, lo cual es el caso de las armas de alto poder con las que han asesinado a muchos jóvenes mexicanos.

    También el gobierno federal es el único que tiene la potestad para perseguir y erradicar el tráfico y consumo de sustancias ilegales y también el trasiego de recursos naturales o creados por el hombre que se encuentran prohibidos, ya sea por peligro de extinción o por su peligrosidad, mismos que también son objeto de comercio de las organizaciones criminales.

    Y ante el incumplimiento deliberado de estas y otras obligaciones constitucionales y legales, el gobierno federal se hace de la vista gorda y traslada la culpa de que se cometan crímenes a las propias víctimas.

    Ante lo impactante que son las cifras dadas a conocer por el INEGI no puede quedar la menor duda de que el gobierno que fue elegido en el 2018 ha sido un rotundo fracaso, y muchos de sus miembros muy probablemente son cómplices de la situación, y por esa razón no pueden ni deben de ser refrendados para otro mandato constitucional.

    ¿O a poco unos cuantos pesos valen más que la vida de millones de jóvenes y no tan jóvenes que están expuestos a morir a causa de un homicidio?

    No olvidemos que hoy en día la principal causa de mortandad de personas entre 15 y 59 años en este país son los homicidios.

    Dejo estos datos espeluznantes para una reflexión profunda en esta tregua navideña o invernal, ya que esta columna tomará su no sé si merecido, pero sí acostumbrado descanso por la temporada y nos encontraremos nuevamente después de la Pascua de Reyes, por lo que de corazón les deseo una feliz navidad y un excelente año 2024.

    felfebas@gmail.com

    Twitter: @FelipeFBasilio