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    Bernardo Gutiérrez Parra

    Desde el Café
    Dicen que cuando Fernando Kuri Kuri supo que Alejandro “Alito” Moreno había designado a Adolfo Ramírez Arana como líder estatal del PRI en sustitución de Marlon Ramírez, hizo el coraje de su vida porque pensaba que el elegido sería él.

    Lo cierto es que nunca estuvo en el radar de Alito que como presidente nacional del tricolor, nombró a un amigo en lugar de un conocido.

    El malestar de Fernando reventó el 18 de octubre cuando escribió en sus redes: “El autoritarismo e imposición fracturan al priismo veracruzano, lamento mucho enterarme por las redes sociales de la decisión unilateral y sin consenso que ha tomado Alejandro Moreno, quien nos ha quedado a deber a la militancia priista al no permitir elegir democráticamente a la dirigencia estatal del PRI en Veracruz”.

    A partir de ese momento era cuestión de tiempo para que se fuera del partido lo que ocurrió en diciembre, mes en que también renunció la diputada local Anilú Ingram, “además de 800 priistas”. Renato Alarcón lo hizo un mes antes; en noviembre.

    En un principio se pensó que Morena los acogería en su seno, pero ni los voltearon a ver.

    Aunque siempre queda el recuso de adherirse a la chiquillada.

    Este lunes el PVEM informó que Fernando fue designado Delegado Nacional de ese partido en Veracruz.

    Al hacer uso de la palabra, el exsecretario de elecciones del PRI dijo: “Nuestro objetivo es claro, llegamos a sumar y a respaldar con todo a quien será la primera presidenta de México, la doctora Claudia Sheinbaum y la primera gobernadora de Veracruz, la ingeniera Rocío Nahle… con ellas seguirá la transformación y habrá mejores condiciones para todas y todos”.

    Ora pues.

    De Anilú poco se ha sabido desde que renunció al PRI. El desdén con el que recibieron los morenos su dimisión la debe tener preocupada. Y quién sabe, pero puede que esté pensando si no tomó una decisión precipitada.

    De Renato, una versión no confirmada asegura que está en Monterrey dando clases en una universidad. Y de los que no se sabe absolutamente nada es de los 800 priistas que se supone, los siguieron en esa aventura.

    Recapitulando, Anilú quería la candidatura a la gubernatura y como no se la dieron renunció y se fue. Renato quería que Marlon Ramírez se fuera del PRI para que entrara en su lugar Fernando Kuri. Y para eso primero renunció a la Fundación Colosio y luego al partido. Al final Marlon se fue de la dirigencia prácticamente cuando quiso, pero sigue siendo un sólido activo del PRI.

    El único “ganón” así entre comillas, es Fernando Kuri, que de ser quien fue en el otrora partidazo, se va a tener que conformar con un rimbombante pero superficial nombramiento, en un partido de rémoras y vividores que difícilmente lo van a dejar subir más.

    Quizá en el fondo de su corazón esté pensando que a lo mejor la regó al salirse del tricolor, sobre todo por la forma en que está subiendo Pepe Yunes.
    Pero optimista como es, de seguro se da ánimos al decir frente al espejo: “Ni hablar; de lo perdido, lo que aparezca”.

    Horas extras en Tuxpan

    Pocos lo saben, pero en estas épocas decembrinas el cabildo de Tuxpan encabezado por el alcalde José Manuel Pozos Castro, trabajó todos los días. Sus únicos días de asueto fueron el 25 de diciembre y el 1 de enero. ¿El motivo? “Tenemos mucho trabajo y hay que sacarlo adelante” me dijo el alcalde que agregó: “Felizmente hubo buena disposición por parte de la comuna que entiende que nuestro deber está con Tuxpan y los tuxpeños”.

    Pozos Castro es de los contadísimos munícipes de Morena que pueden presumir de buenos resultados. Quizá otro sea Ricardo Ahued y párale de contar, lector. Con su trabajo, Pozos Castro ayuda a Morena en estos tiempos electorales y eso cuenta.

    Hoy a mediodía estará en la Academia de Policía de El Lencero recibiendo patrullas nuevas para mejorar la ya eficiente seguridad en el Puerto de los Bellos Atardeceres.

    Bien.

    A elevar el nivel en el Congreso

    Es cuestión de días para que Morena dé a conocer su lista de candidatos a las diputaciones locales. Y en el territorio veracruzano se percibe el nerviosismo y la ansiedad de los aspirantes.

    Pero de todos ellos, llama la atención el trabajo que ha realizado en el Distrito VIII, con cabecera en Martínez de la Torre, Carlos Gámez Paredes, funcionario de la Legislatura local, que dedica sus espacios libres a sumar voluntades en aquella región.

    Contra lo que pudiera suponerse, Carlos Gámez no es ningún improvisado; es un profesional de la política y un profesional del Derecho con doctorado en la materia.

    Y qué bueno, porque como que ya va siendo hora de que se eleve el nivel de nuestros legisladores en el Congreso.

    bernardogup@hotmail.com