Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
La ejecución del dirigente municipal del Partido de la Revolución Democrática en Cuitláhuac, José Alejandro Naredo García no sólo muestra que la supuesta estrategia de seguridad del gobierno veracruzano que encabeza Cuitláhuac García Jiménez es un fracaso, sino también el peligro permanente en el que se encuentra la población.
Sin embargo, el crimen de un personaje político de la oposición afecta el proceso electoral en curso y genera suspicacias.
El clima político-electoral se enrarece con este asesinato, pues además de ser un miembro opositor, el hecho sangriento se registra en una de las zonas más peligrosas de Veracruz.
Como suele ocurrir, el mandatario veracruzano seguramente saldrá a desestimar y minimizar el homicidio del líder opositor perredista.
De la Fiscalía General del Estado qué se puede decir, en un escueto comunicado repitió lo de siempre, que no habrá impunidad y que se investiga para dar con los responsables.
Voces perredistas exigen que no haya chivos expiatorios y se investigue a fondo, lo que se duda ocurra.
MÁS FEMINICIDIOS
Los grupos delincuenciales operan con total libertad en el territorio veracruzano y los feminicidios continúan, aunque el gobernador y la fiscal general intenten cambiarlos por homicidios dolosos.
Otro lamentable hecho ocurrió este domingo en el municipio de Perote.
Como lo informaron medios de comunicación, se trata de un doble feminicidio. Dos mujeres fueron tiradas en una calle de la colonia Ampliación Azteca de ese lugar.
De acuerdo con la información, los cuerpos presentaban huellas de tortura, además de que se encontraban maniatados.
Al gobernador Cuitláhuac García Jiménez se le cae a pedazos el estado de Veracruz, la ola de violencia e inseguridad aumenta cada día y no parece inmutarse en lo absoluto.
Ante las familias veracruzanas, en particular hacia las mujeres, Cuitláhuac García no muestra sensibilidad ni mucho menos empatía.
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