Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
La jornada violenta en el territorio veracruzano continúa y no parece que se detenga.
La localización de restos humanos este domingo en una fosa clandestina en el municipio de Tihuatlán agrava la crisis de inseguridad y violencia que se vive en Veracruz.
Como informaron medios de comunicación, el macabro hallazgo se realizó en la autopista México-Tuxpan, cerca de la localidad de Miahuapan.
Hasta el momento se desconoce el número de personas y la forma como se encontraban los cuerpos.
Este hecho sangriento se suma a los acontecimientos que también se registraron en la zona norte del estado.
Como se recordará, hace poco más de una semana, en el municipio de Tuxpan fueron encontrados varios cuerpos mutilados.
Aunado a ello, en el municipio de Poza Rica fueron colocadas mantas con amenazas, en una lucha por el control del territorio entre grupos delincuenciales.
A pesar de las movilizaciones de elementos de la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina, así como de la Fiscalía General del Estado, no hay detenidos y sí muchas interrogantes.
Pese a esta crisis, la administración estatal que encabeza el gobernador Cuitláhuac García Jiménez minimiza los hechos.
Ante la falta de respuestas y acciones, las autoridades estatales, incluidas las del ente autónomo encargado de procurar justicia, guardan silencio, hacen mutis.
El hermetismo oficial lo único que genera es desconfianza entre la población, pero también incertidumbre.
El gobierno de Veracruz se muestra ajeno a la violencia que genera la guerra entre los grupos de la delincuencia organizada y deja en total vulnerabilidad a los ciudadanos.
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