Sergio González Levet
Sin tacto
Hay un término que en lo personal me parece muy gracioso, aunque sea muy serio gramaticalmente hablando. La palabra es “hipocorístico”.
Acudo una vez más al diccionario de la RAE y me entero que:
“hipocorístico, ca., viene del griego “ὑποκοριστικός hypokoristikós ‘acariciador’”.
“1. adj. Gram. Dicho de un nombre: Que, en forma diminutiva, abreviada o infantil, se usa como designación cariñosa, familiar o eufemística; p. ej., Pepe, Charo. U. t. c. s. m.”
Caray con la Academia. Trato de traducir al castellano entre la oscura sintaxis y la profusión de abreviaturas y llego a discernir que es un adjetivo, y que es un sobrenombre que se utiliza para referirse de forma cariñosa, familiar o eufemística a una persona, a partir de su nombre de pila. Y ponen como ejemplo “Pepe” y “Charo”. Al final de la entrada, el galimatías “U.t.c.s.m.” quiere decir “Úsase también como sustantivo masculino”.
Y así llego a lo que quiero decir hoy en este espacio, que es explicar de dónde viene el hipocorístico Pepe, tan de moda en Veracruz en estos días de precampañas, intercampañas y campañas propiamente dichas.
Por lo general, los “hipos” vienen de acortar un nombre y de decirlo de manera más fácil: así, “Rosario” da “Charo”; Alberto, Roberto y Rigoberto terminan en “Beto”; “Jesús” en “Chuy” o “Chucho” (en el norte del país se utiliza el primero, porque en el habla común “chucho” se le dice a los perros); “Francisco” termina en “Paco” o “Pancho”; “Sergio” -si disculpan- da “Checo”, y así sucesivamente.
Pero el tal “Pepe” parece que no tiene una conexión fonética directa con el nombre original. Tal vez sería más natural un “Che” o un “Coché”.
¿De dónde, pues, viene el tal hipocorístico ése?
Pues de la tradición del cristianismo. En el Evangelio, José es el esposo de María, la madre de Jesús. La Iglesia Católica Romana adoptó al señor como un santo, san José y en la advocación escrita le ponían “Sanctus Josefus Pater Putativo Christi”, o sea, “San José, padre adoptivo de Cristo” (para los mal pensados, “putativo” quiere decir: “1. adj. Reputado o tenido por padre, hermano, etc., no siéndolo.”
Resulta que a muchos monjes flojos se les ocurrió abreviar la frase y la dejaron en Sanctus Josefus PP Christi”, y se tradujo al castellano como “José PP de Cristo”, o sea “José PP”, que pasó a “José Pepe” y de ahí tenemos el hipocorístico “Pepe”.
Pepe… ése que está en la boca de todos los veracruzanos como la esperanza para salvar a Veracruz.
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