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    Luis Alberto Romero
    Hora cero

    Al actual ayuntamiento de Xalapa no se le puede responsabilizar por la escasez de agua; es un problema global que rebasa sus capacidades. Tampoco por la falta de obra pública, aunque la mala planeación de los trabajos provoque justificadas quejas ciudadanas.


    La falta de agua en las viviendas xalapeñas es un problema grave; ante la magnitud del reto, los tandeos se volvieron necesarios, aunque generen irritación entre la población.
    La capital veracruzana lleva más de una década con esa medida, que si bien busca prevenir el desabasto en la temporada de estiaje, es evidente que resulta insuficiente.
    El envío de pipas a colonias populares equivale a recetar paracetamol a un enfermo en agonía, pues la mancha urbana crece de forma desmedida y desordenada.
    Por otro lado, la perforación de cinco pozos, anunciada por el alcalde Ricardo Ahued, podría significar un alivio menor, dada la enorme necesidad del líquido en la ciudad.
    En el tema de la obra pública, los trabajos en algunos puntos de la capital resultaban no sólo necesarios, también urgentes.
    Uno de esos casos se registra en la céntrica calle Dr. Lucio, donde la carpeta acusa un enorme deterioro.
    Para malestar del comercio local, esta arteria vial estará cerrada por seis meses, de acuerdo con el anuncio de la autoridad municipal, aunque el tiempo podría extenderse, como ocurrió en la calle Clavijero, también en el centro.
    Sobre el impacto de la mala planeación en la obra pública, hay un interesante estudio difundido en agosto de 2023 por un equipo de investigadores de la UV coordinado por el doctor Rafael Vela Martínez, un prestigioso académico, especialista en temas de desarrollo regional y zonas metropolitanas.
    El estudio aborda los principales problemas de la zona metropolitana de Xalapa, desde la migración y el desorden urbano, hasta la falta de infraestructura deportiva, el índice de accesibilidad en vías de comunicación, y los asentamientos en zonas de riesgo.
    Dicho trabajo, por ejemplo, reporta que en la capital veracruzana 96 mil 849 personas habitan en lugares de riesgo, al pie de las vía del ferrocarril.
    También expone que del total de la población económicamente activa de Emiliano Zapata, el 30 por ciento trabaja en Xalapa; en Coatepec, el porcentaje se ubica en 22; en Xico, en 15; y en Banderilla, en 40 por ciento; en tanto que 7 de cada 10 adultos de Teocelo laboran en la capital.
    De acuerdo con el estudio del equipo de Vela Martínez, la mala planeación de la obra pública en Xalapa provoca deseconomías familiares: sólo en el periodo 2022-2023, se estima que la población de esta zona metropolitana perdió al día más de 212 mil horas debido a los tiempos de traslado.
    En seis meses, los habitantes de Xalapa y la región perdieron más de 3 millones 192 mil jornadas laborales (de ocho horas) en el tráfico; lo que en términos económicos se traduce en una pérdida semestral de 662 millones 235 mil pesos.
    Cierto: la obra pública es importante por su impacto en el desarrollo, pero el costo de su mala planeación es altísimo, no sólo por las horas perdidas en el tráfico, sino por el impacto económico y ambiental que representan los 215 mil vehículos que circulan en la capital veracruzana, cuyos conductores pierden tiempo y dinero, combustibles, acusan mayor desgaste de las unidades y, por si fuera poco, provocan más problemas de contaminación.
    @luisromero85