Inocencio Yáñez Vicencio
Muchos se sorprenderán que no entrecomille el rótulo de estas reflexiones, siendo que hasta ahora no he sabido de nadie que diga que no son palabras de Don Jesús Reyes Heroles. Sin embargo, para no renunciar a mi incorregible irreverencia, yo no dudo de la sapiencia de mi ilustre paisano, pero no puedo entrecomillarlo, porque esas palabras las registra André Jardín, en su libro Historia del liberalismo político y se las reconoce a Andrieux , que le dice a Napoleón, cuando todavía era el primero de los tres cónsules: que uno no debía apoyarse «más que en lo que resiste». Observando que este fue un razonamiento que no apreció mucho Bonaparte (Pág. 191).
No obstante Don Jesús Reyes Heroles, sabía que el Buen Gobierno se construye, como siempre lo reiteró Norberto Bobbio, con el binomio gobierno y oposición. No hay buen gobierno sin límites. Desde la Antigüedad se pensó en preferir al gobierno de leyes frente al gobierno de los hombres para mantenerse lejos de caprichos y veleidades, pero en nuestros límites no bastan los límites orgánicos, por lo que es en la relación gobierno y oposición donde podemos y tenemos que construir el justo medio, la moderación y el equilibrio.
Es precisamente la amenaza de Amlo y Morena de querer acabar con las instituciones republicanas y las reglas y formas que garantizan y hacen posible la convivencia de mayorías y minorías, que mantienen abiertas las puertas para que la oposición de hoy pueda ser el gobierno de mañana, lo que debe unir a todas las fuerzas interesadas en que la renovación de las autoridades se dé sin derramamiento de sangre y de manera pacífica.
Este día hemos leído en todos los medios de comunicación que lo que era una simple especulación se confirma en labios del propio presidente: que hizo del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación una autentica correa de transmisión para que los jueces condenaran o absolvieran al gusto del autócrata. No, no quedó en agravios y calumnias, no bastaron persecuciones, no fueron suficientes las quemas de ataúdes de ministros no gratos a Amlo, no se conformó el titular del Ejecutivo con recortarle el presupuesto al poder judicial, no quedó en imponer como ministros a plagiarios de tesis y militantes partidistas, no, ahora, alardea la instauración del despotismo, que al hacer del poder legislativo cámaras de registro, que no le pueden quitar ni una coma y los diputados disidentes no sólo son exhibidos de traidores sino que son denunciados penalmente, queda más que claro que estamos en un país donde todos los poderes están concentrados en una sola voluntad, en una sola voz, en una sola persona.
Las reformas que Andrés Manuel López Obrador anunció el pasado 5 de febrero no únicamente secuestran el proceso electoral y hacen de las elecciones un referéndum bonapartista sino que nos pondría en la antesala de un 18 Brumario autócrata y militarista, porque con esas reformas draconianas el Poder Judicial, quedaría en manos de la mayoría partidista, y los ministros, magistrados y jueces resolverían no conforme a derecho sino de acuerdo a las fuerzas políticas que los impulsen.
Mientras que en el mundo se abre paso, sobre todo en los Estados de Bienestar, una democracia de consenso, pactista, aquí, estos morenistas, ponen vallas y se cierran a todo diálogo, que con la eliminación de los legisladores plurinominales y de primera minoría, pretenden que los ganadores se lleven todo y deje sin voz ni voto para influir a los votos perdedores, a las minorías, con ello, resulta más que evidente, que borran la relación entre mayorías y minorías, dando lugar al gobierno sin límites, al gobierno sin oposición.
Esta es la razón por la que todas las fuerzas que están interesadas en defender los valores y las instituciones republicanas y las condiciones y reglas democráticas deben unirse independientemente de que mantengan la ideología y los programas que les dan identidad.
El PAN, el PRI y el PRD deben privilegiar en estos momentos la defensa de la República y la Democracia, porque si Morena logra la mayoría calificada, se acaba la división de poderes y se acaba la posibilidad de que las minorías puedan influir y tomar parte en la construcción de un México plural, seguro y justo.
El llamado a la sociedad civil debe hacerse en el entendido que si bien es falso que es conservadora como la califica Amlo, su abanico abarca de un extremo a otro y que para no desnaturalizarse debe mantenerse lejos de la colonización tanto del poder económico como del poder político, porque sin autonomía no es sociedad civil, por eso cuando busca puestos políticos pasa a ser sociedad política. Su tarea principal es abrir y luchar por institucionalizar espacios para el debate y la movilización social. Su diversidad explica la razón de la política que nace precisamente para encauzarla para su mejor convivencia. Vale aquí la cita que hace Jürgen Sprute en su libro Filosofía Política de Kant, a propósito de lo que decía el autor de la Razón Pura: «El problema del establecimiento del Estado tiene solución» Segun Kant, «incluso para un pueblo de demonios… siempre que tenga entendimiento». Siempre que siga sus intereses propios de forma racional, el individuo está obligado «a ser un buen ciudadano aunque no esté obligado a ser moralmente un hombre bueno». Kant confía en que el discernimiento lo puede transformar positivamente. Con esto queda claro que en la lucha por detener la destrucción de la República y la Democracia por parte de Morena, debe incluir a todos los que no quieran que una sola persona piense y decida por ellos.
La única manera de terminar con el Narco Estado que ha construido Morena y de poner fin a la rendición de Morena ante el crimen organizado, es irnos a fondo todos para hacer consciente a la ciudadanía de la amenaza que representa Morena para la República y la Democracia.
La presencia de Miguel Ángel Yunes Linares, el próximo miércoles 28, en el auditorio del CDE del PRI, responde y que quede bien claro, a un espíritu frentista, va a la sede de un partido de la Coalición, a la cual él pertenece. Lo digo porque en Veracruz tenemos comunicadores de primera, pero como en todo gremio, puede haber algún lunático que le pregunte si ya se reconcilió o hasta si ya piensa volver al PRI. Yo tengo diferencias con el exgobernador, pero nadie puede negar que es un parlamentario como pocos, que está hecho en el debate, que no cualquiera lo confronta, que se ha forjado una personalidad que pesa y por ese sólo hecho la Coalición debe llevarlo al centro, al norte, al sur y a todas partes, porque sabe de compromiso y quien se compromete con él sabe el valor que tiene cumplir esos compromisos.
Oportunamente hablé con Pepe, la importancia que tiene ganar las plazas públicas, los parques, el exterior de parques y mercados e Iglesias y arengar el transporte público. Entiendo que es muy difícil para quienes se han formado en un partido que ha sido gobierno la política, el debate, la arenga, pero el PRI ya no está en el poder. Lo he dicho y lo repito, no son los grandes amigos o los que andan de falderos de Pepe, los que lo van a hacer ganar. El que hoy haga uso de un discurso de deslinde lo tiene arriba en las encuestas, por más que los lame cadenas lo nieguen. El primer deber de un político es tomar partido. El centro es un punto muerto. El partido de todo el mundo ya caducó. Ya se vio la rentabilidad de tomar partido, ahora hay que poner la política no en manos de amigos sino de gente capaz y bien definida.
Restaurar el gobierno que entienda que lo que resiste apoya, que Veracruz no es patrimonio de la banda morenista, exige de gente capaz y que vaya a fondo.