Xalapa
A fin de que el acoso callejero sea tipificado como un delito que permita disuadir al agresor y en su caso, castigarlo, la diputada local del Grupo Legislativo Mixto Por Amor a Veracruz Verde, Anilú Ingram Vallines, presentó una iniciativa para reformar el Código Penal del Estado.
“Esta es una amenaza que sentimos por el simple hecho de ser mujeres, por lo que es prioritario que este Congreso realice las reformas convenientes para que el marco jurídico contemple el acoso callejero, como un delito que permita disuadir al agresor y en su caso, castigarlo. Sin duda, el espíritu de esta ley es que existan las leyes para que dejemos de sentir ese miedo que coarta nuestra libertad. Todas nos queremos libres y seguras en Veracruz”, expuso.
Para dimensionar lo anterior, la legisladora local detalló que nueve de cada diez mujeres alguna vez ha sentido miedo de ser atacadas o abusadas sexualmente en la calle, en el transporte o algún espacio público, de acuerdo a los datos de la ENDIREH 2016 del INEGI, por lo que el fin de su iniciativa presenta es precisamente inhibir esa situación.
En ese sentido Ingram Vallines abundó que la violencia contra las mujeres en los espacios públicos o comunitarios es de índole sexual en la mayoría de los casos, y va desde frases ofensivas de naturaleza erótica o erógena, hasta el acecho o perseguimiento en la calle, llegando incluso al exhibicionismo obsceno. Estos hechos resultan cotidianos en calles, parques, transporte público, mercados o plazas comerciales; ferias, festivales, asambleas, reuniones de trabajo, juntas vecinales, restaurantes y antros. Los principales agresores son en la mayoría de los casos personas desconocidas para la víctima.
Lo anterior -prosiguió-, se agrava cuando a pesar de la negativa de la víctima o de su evidente molestia, se impide el libre tránsito de las mujeres o el uso de los espacios públicos. La incidencia de este acoso se eleva porque, la mayoría de las veces, las agraviadas no denuncian los hechos; unas porque no se sienten mayormente afectadas, otras por vergüenza o miedo a las consecuencias, o por amenazas; otras más, porque no saben en dónde o cómo denunciar; y algunas por pensar que las culparán de lo sucedido. Donde las mujeres se sienten más vulnerables ante el acoso callejero es en el transporte público, pues representa un factor de riesgo de violencia sexual y también de discriminación a las mujeres.
Por lo anterior, Anilú Ingram recalcó que aun cuando ya existe la violencia comunitaria en el marco jurídico, un hecho es que la definición tal como hoy está establecida en la Ley, es muy general y no brinda certeza jurídica para la explicación de esta forma de violencia, que se presenta en el espacio público, por lo que se mantiene el estado de indefensión de las mujeres que la padecen.
“Este Congreso que tenemos el honor de representar, debe garantizar a las más de 3.8 millones de mujeres veracruzanas, la promesa de que vivamos libres y seguras en las calles y espacios públicos. Para ello requerimos de su compromiso y voluntad para que el marco jurídico penal tenga las características y técnica legislativa que le permita a la víctima obtener la justicia en caso de ser violentada; pero igual de importante es que quien sea un potencial agresor, sepa que con esta reforma se seguirá de oficio el acoso callejero y que por lo tanto habrá una sanción al respecto. Lo que permitirá disuadir este delito”, remató Ingram Vallines.