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    Vicente Luna Hernández

    Con aprecio para las y los Delegados de ED y aquellos que creen en el proyecto

    Las campañas electorales iniciaron, la sencillez, la humildad, la simpatía, el profundo amor al pueblo, las sonrisas, el abrazo fraterno, la palmada en la espalda, el beso en la mejilla pero sobre todo, las promesas anheladas serán parte del paisaje en todo México, los compromisos incumplidos serán atendidos, las promesas olvidadas estarán más frescas que nunca, las y los candidatos a la Presidencia de la Republica, al Congreso de la Unión, a los Gobiernos Estatales, a los Congresos Locales, a las presidencias municipales, a las alcaldías y a la Jefatura de la Ciudad de México estrecharán manos y dirán arriba de un templete al pueblo bueno y sabio: » Pídeme la luna te la bajaré…»

    En una campaña electoral – siendo Delegado de Distrito – un ciudadano me dijo: «Hoy veo qué le puedo bajar al candidato porque es seguro que no lo vuelva a ver», esa es la triste realidad de la mayoría de la clase gobernante, ayer era la queja más común de los ciudadanos y hoy…sigue siendo la misma, ¿por qué la persona siendo candidata o candidato es uno y ganando se transforma? ¿Qué puede hacer el ciudadano para no estar indefenso ante el poder? ¿La transformación del país pasa también por la transformación de la sociedad civil? ¿Qué tanto están dispuestos los ciudadanos a escuchar y creer: ¿»Pídeme una estrella hasta allá me iré»?

    Más allá de la hora de opinar ha llegado la hora de cuestionar a todos aquellos que saldrán a las calles a buscar el voto, es la hora de «vender» caro el aplauso en las plazas públicas, ¿por qué aplaudirle a quien está diciendo mentiras? es la hora de meditar y analizar las promesas y las frases de campaña que – muchas de las veces- están alejadas de la realidad social del país, es la hora que los ciudadanos – con respeto y tolerancia – se involucren más en los debates públicos, es la hora que la sociedad civil se organice y defienda un proyecto con argumentos más allá de una simpatía personal, es la hora que los ciudadanos soñemos con un mejor futuro pero valorando y cuestionando el presente que tenemos, es cierto, todas y todos los candidatos nos dirán a los ciudadanos: «Tú me acostumbraste, a ser como un niño, no quiero ni pensar si un día me faltas tú, no quiero ni pensarlo, amor».

    Las y los candidatos de la alianza Morena- PT- Partido Verde seguro cantarán en coro a la ciudadanía: «Más nunca me digas no te quiero más, porque esas palabras me hacen mucho mal… ¿si tuviste el poder acaso me lo demostraste? Sería la réplica de un pueblo indignado ¿quién hizo más daño al país? Preguntaría ese pueblo bueno y sabio y ¿qué le dirá la oposición al pueblo? : «Pídeme la vida y te demostraré, cuando yo te quise y cuanto te amaré» esa música dulce para nuestros oídos la escucharemos en estos próximos – casi – 3 meses….ojalá que la saturación de propaganda política no nuble la inteligencia.

    De acuerdo a datos del INEGI México incrementó su grado de felicidad, ¿alguien cree semejante información? Tenemos – según -al presidente más popular del mundo, ¿ese dato será parte de la felicidad que tomó en cuenta el INEGI? ¿Acaso solo tomó en cuenta a aquellos que en el zócalo le gritan al Presidente: «tú fuiste  y has sido para mí el amor, regalo más lindo que me ha dado Dios»? La realidad es que México tiene miedo y hay una sociedad agraviada, indignada y amplios sectores de la sociedad está decepcionada de lo mucho que se prometió en el 2018 y lo mucho que se queda a deber, no somos Dinamarca y es una ofensa presumir lo contario y hoy nos vuelven a decir…»Pídeme la luna y te la bajaré…»

    Más allá de las simpatías partidistas o hacia una candidata o candidato ningún pretexto se vale para no salir a votar, más allá de los argumentos que nos den los candidatos y sus promesas de campaña, de sus proyectos de gobierno, de la construcción de un 2° piso o de los cimientos de una gran nación, las y los ciudadanos tenemos que estar convencidos de algo, hay que salir a votar, hay que informarse a través de varias fuentes, hay que escuchar diferentes opiniones y saber el trabajo político que respalda a quien nos pide nuestro voto, que nada nos confunda, ante el proceso electoral más grande de la historia de México, debe haber la participación ciudadana en las urnas más grande en la historia del país, es cierto, muchos dirán: «Pídeme la luna te la bajare…» pero la transformación de la mentalidad del ciudadano de México inició mucho antes del 2018, que nadie trate de confundirnos…la verdadera trasformación está en manos de la sociedad civil organizada e informada…hay que votar no hay de otra.

    P.D.- Con el ánimo que los programas sociales no sean los que definan el voto libre…Escribiré otro día.