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    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    Hoy no hablaré mucho sobre el presidente López, pues creo que lo ocurrido en días pasados fue un montaje. Tanto el video del grupo criminal que lo magnifica y la puerta derrumbada en palacio nacional por una camioneta fueron actos burdos, plagados de poca imaginación, muy al estilo de Epigmenio Ibarra, que ha sobrevivido con el dinero que le dio al gobierno, para seguir alabando a los narcotraficantes.

    Poco a poco se han presentado pruebas, como el hecho de que uno de los supuestos criminales defensor de su amigo el presidente, portaba un arma de uso exclusivo del ejército o bien, que los supuestos manifestantes de Ayotzinapa –ya pasaditos de años- portaban el mismo modelo de zapatos tenis.

    Todo ello, actos muy ridículos, reitero, muy al estilo de Epigmenio Ibarra, que no sabe hacer otra cosa que endulzar el oído de los líderes de grupos criminales. Vaya usted a saber.

    Por otro lado, le mejor promotora de Xóchitl Gálvez en esta campaña es la misma Claudia Sheinbaum, sobre todo con afirmaciones atrevidas y quizá hasta cómicas, como el hecho de que comparó al presidente López, el mismo que desquició hace muchos años la avenida Reforma, el mismo que quemaba pozos petroleros o bien, que compuso un himno para el viejo PRI, con Martin Luther King y Nelson Mandela. El colmo.

    Mal espectáculo

    El tema de hoy es el futbol mexicano, el mismo que se ha vuelto más mediocre y que inclusive ha servido para que jugadores mediocres –Santiago Giménez y Edson Álvarez- jueguen en equipos mediocres como el Feyenoord de Holanda o el West Ham, de Inglaterra.

    O el resto de jugadores mexicanos que tomaron maletas y se fueron a Europa para jugar en equipos malísimos –en ligas malísimas- o bien, en divisiones inferiores.

    Hoy, el dinero se ha vuelto el objetivo principal de la Federación Mexicana de Futbol (FMF). Al grado que ya casi no hay partidos en televisión abierta o bien, el equipo que queda en último lugar en un torneo tiene que pagar una cantidad millonaria por ese hecho pese a que no hay descenso.

    Es cierto, ahora para ver un partido usted tiene que contratar algún servicio de cable e inclusive, si hay un partido especial tiene que pagar aún más. Inclusive en sistemas de cable hay partidos que no se trasmiten a menos que se vaya a la Internet y pague aún más.

    Imagine eso si tuviese que ver un partido entre Atlas contra Ciudad Juárez. Válgame Dios.

    Contamos con una liga de expansión que no tiene ascenso y salvo en algunos lugares los estadios lucen vacíos y sin ningún atractivo. De hecho, en algunos estados, el futbol podría volverse un botín electoral, como el caso de Veracruz, en donde la autoridad busca desesperadamente una franquicia para tratar de influir en el voto en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. Que una autoridad haga eso o utilice prestanombres es ilegal a todas luces.

    Contamos con una liga mediocre, con un número alto de equipos mediocres, poca producción de jóvenes y los equipos, en su mayoría, dependen de extranjeros mediocres. Otros son naturalizados para tratar de llevar al éxito a una selección mexicana malísima que regularmente cuenta con jugadores elegidos por un grupo de personas antes que el propio técnico. En fin.

    Otro caso serio para el estudio es el tema de la selección mexicana a la que le quitaron –quién sabe quién- el mote de el “gigante de Concacaf- y todo porque en Estados Unidos y Canadá están haciendo un buen trabajo desde abajo. Es decir, con niños y niñas de 6 años en adelante.

    Imagine usted, se promociona tanto un partido de la selección mexicana a fin de que el Estadio Azteca se colme hasta las lámparas para que al final, el equipo nacional juegue contra San Cristóbal y Nieves o bien, contra Jamaica o Belice.

    No hay nivel, de hecho, hay quien se atreve a decir que la selección mexicana podría calificar si jugara las eliminatorias en Sudamérica. No es verdad. Ni pensarlo.

    No, no ganaremos un mundial y para los que controlan al futbol mexicano el triunfo más grande será que acudan al quinto partido, lo ganen o lo pierdan y hasta ahí. El futbol mexicano seguirá siendo una mafia consentida por el gobierno, los propietarios, los árbitros y los promotores. No más.

    PD El asesinato contra el priista Policarpio Ramírez y el asalto a una joyería en Plaza Américas en Boca del Río pueden ser signos de que habría un aumento de la violencia en esa zona que se ha destacado por ser tranquila. Cuidado, son tiempos electorales y no hay duda que algunos aprovechados tratan de desestabilizar a fin de confundir e influir en el electorado. Pese a todo, esa zona que involucra a Veracruz y Boca del Río se ha distinguido por contar con buenos gobiernos.