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    Omar Zúñiga

    De Primera Mano

    En una de las tantas ocurrencias del gobernador Cuitláhuac García Jiménez (sí, es un gobierno de ocurrencias siendo muy benévolo), el 31 de enero pasado se aventó la puntada de decir que en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), habían encontrado 300 millones de pesos en efectivo, del tiempo del hoy preso Jorge  Winckler, que estaban por ahí escondidos,  y que esa lana se la habían dado al exfiscal para operar elecciones.

    Pues bien, tengo en mi poder respuestas de la Oficina del Gobernador, de la Secretaría de Finanzas y Planeación, de la Contraloría General del Estado y por supuesto, de la misma FGE, que se derivan de solicitudes de información para ver qué es lo que había pasado con esos recursos.

    Las preguntas fueron, en qué parte física se encontraron esos 300 millones de pesos; quién los encontró; a qué autoridad dieron parte y quién y a qué dependencia fueron entregados esos recursos, bajó qué concepto y cuál fue su fin último.

    De la Oficina del Gobernador la respuesta fue que no ahí no sabían nada (para variar) y le aventaron el balón a la Fiscalía.

    En Sefiplan la respuesta fue similar, echaron la bola a FGE, sin embargo, en este caso es alarmante que la dependencia de administrar los recursos del Estado, hable de incompetencia “informo usted que, una vez analizado el contenido de su solicitud , así como revisadas las atribuciones legales de la Secretaría de Finanzas y Planeación del Estado, se determina que no somos competentes para conocer respecto del contenido de la misma” y dan el fundamento legal, que no por justo y bien trovado, deja de ser puro cuento.

    Entonces, luego de fundamentar su respuesta, dicen, “y ándele pa’la Fiscalía”.

    La cosa, alarmante también, es que en la Fiscalía tampoco saben un carajo “(…) hago de su conocimiento que, en los archivos de la Dirección General de Administración de la Fiscalía General del Estado no obra información acorde a lo solicitado”, y el oficio está firmado por el Oficial Mayor Jorge Raymundo Romero de la Maza, sobre quien recae la responsabilidad  de administrar los recursos de esta dependencia.

    En resumen, nadie sabe y nadie supo qué fue lo que pasó con esa lana, que por supuesto no es para nada despreciable y que lógicamente debió haber tenido un destino.

    Y en la lógica de Cuitláhuac García, cabe el sospechosismo de que hayan utilizado esos recursos para financiar alguna campaña (¿verdad Rocío?), porque no hay ningún rastro de ese dinero.

    O será que la declaración fue producto de la afiebrada y pequeña mente de Cuit.

    En cualquier caso, el asunto es por demás grave, pues en declaración pública, el titular del Poder Ejecutivo del Estado Libre y Soberano de Veracruz de Ignacio de la Llave, que nos guste o no se llama Cuitláhuac García, reconoció que encontraron dinero debajo del colchón en la FGE, que presumiblemente sería usado con fines electorales y para chingarla de acabar, no castigaron al probable culpable de ese tinglado: Jorge Winckler.

    Veracruz merece una respuesta y Cuitláhuac no las da…, las respuestas que las y los veracruzanos merecen y necesitan.

    Aquí hay pues, un mentiroso, y no soy yo.

    ***

    Para documentar el optimismo.

    No se olvidó la respuesta de la Contraloría General del Estado, sin embargo merece mención aparte porque es un verdadero poema.

    Resulta que la flamante Maestra, Jefa de la Unidad de Transparencia de la Contraloría General del Estado de Veracruz, luego de una fundamentación legal de dos cuartillas y media, es decir unos 3 mil 250 caracteres, o unas 750 palabras, más o menos, la verdad no me puse a contarlas, pero es un estimado flat, responde que “Por lo anteriormente expuesto, me permito informarle, atentamente (gracias), que su requerimiento de información, NO se configura como una solicitud de información pública para su atención correspondiente(¿¿¿¡¡¡WTF???!!!), toda vez que dicha petición no corresponde a lo establecido en las disposiciones normativas anteriormente señaladas”; uuuuffff.

    Pues bueno, si la misma solicitud se hizo a cuatro dependencias diferentes y tres aceptaron la solicitud, aunque hayan contestado que no sabían un carajo del dinero perdido, aquí tenemos a alguien que miente o que es ignorante.

    ¡¿En manos de quién estamos?!

    ¡Qué barbaridad!

    deprimera.mano2020@gmail.com