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     Sergio González Levet

    Sin tacto

    El grito reiterado en el Café de la Parroquia de los 200 años reveló una realidad que los estrategas supuestos y hasta la propia candidata del partido Morena a la gubernatura de Veracruz quieren esconder a como dé lugar: la señora no es popular entre la paisanada.

         Su respuesta ante esa expresión contrariada de los clientes de la cafetería con mayor tradición en Veracruz (un lugar más jarocho que Zacatecas y tanto como La Bamba), ha vuelto a ser, como siempre, el ninguneo, el desprecio… la mentira.

         Ya los corifeos contratados con 30 monedas de plata por el Gobierno del Estado y el partido Morena han salido a decir que no, que no fue una manifestación auténtica ni genuina, que solamente eran unas cuantas personas, enviadas a desayunar a esa hora por la familia Yunes del Estero con un fin preciso: echar a perder la primera conferencia de prensa de la ingeniera Rocío Nahle en el primer día de su campaña oficial.

         Y también esos texto-servidores agregaron en las redes videos manipulados, en los cuales las voces de “Fuera” de los comensales dejaron de escucharse y ahora prevalecían los gritos de los acompañantes de la señora Nahle; gritos cargados de entusiasmo -aunque, ay, sintético y patético- en favor de la oriunda de Río Gran, Zac.: “Gobernadora”.

         Pero ahora sí les venimos a decir a la señora y a su equipo que la realidad es la realidad, lo que ocurre realmente -si me perdonan tanta insistencia- y no lo que declaran ante la prensa y escriben en sus boletines, por más que pretendan ser grandilocuentes y engañosos.

         Ni esas plumas en renta ni sus arrendadores pueden entender que la máxima de Goebbels de que si repites una mentira mil veces terminará por convertirse en verdad para la opinión pública, requiere de un elemento fundamental: que la falsedad tenga algún viso de certeza, cierta conexión con el mundo existente.

         No se puede tapar el sol con el dedo de un boletín.

         Como no es de estas tierras, es evidente que la ingeniera Nahle García no quiere acatar que a las veracruzanas y a los veracruzanos se les conquista mirándolos de frente, estrechando su mano con firmeza, abrazándolos con afecto cierto, sonriendo sin artificios, hablando con la verdad del corazón y de la mente.

         Empezaron las campañas y en el cuarto de guerra de la CuatroTé veracruzana dejaron intactas las tácticas que hicieron perder a su candidata la cómoda ventaja que tenía a mediados del año pasado. La precampaña y la intercampaña les dejaron derrotas de las que no quisieron aprender, de ese tamaño es la soberbia. Y menos consiguieron que su abanderada cambiara de actitud.

         Es que no se le pueden pedir peras a un olmo.

    sglevet@gmail.com