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    Julio Vallejo
    La delgada línea entre mi opinión y la tuya

    Estaba en el campo de futbol resguardando el área grande. Mis tacos se dejaban acariciar por la suave y fina fibra del césped el cual no estaba húmedo por la lluvia, sino por el vapor que generaba la sensación térmica y los residuos de agua por la bañada frecuente que les ponía para que se refrescaran mis dedos de los pies.

    Las falanges gritaban ¡auxilio! al estarse quemando con el radiante sol que pegaban directo… y eso que estaban protegidos por el cuero de ganado bobino.

    Al finalizar el juego, mis hombros y mi cara con la exposición al sol quedaron como dos costras de queso de hebra adornando mi magullada piel.

    No todo es malo. Con la exposición al sol puedes obtener vitamina “D” por eso los rayos ultravioleta son indispensables para la vida del ser humano. Sin embargo, demasiado sol puede llevarte al envejecimiento y manchas en la piel.

    El problema del cambio climático últimamente hace que el sol pegue más fuerte en nuestro único órgano que está expuesto y que a pesar de resistir viento, agua y prácticas como los tatuajes y el exceso de higiene, es presa de muchos desarreglos, infecciones y enfermedades.

    De acuerdo con los datos del Observatorio Mundial del Cáncer, ésta enfermedad se encuentra en aumento a nivel mundial. En el 2020 se presentaron 1.500.000 casos nuevos de cáncer de piel. Es importante mencionar que el tipo de cáncer melanoma es el que produce mayor número de muertes por metástasis. Por eso es importante estar alerta a las señales de alarma sobre lesiones de piel.

    Sin duda alguna hay que empezar a crear un nuevo hábito en nuestras vidas que ayude a proteger la piel. Así mismo, entablar visitas o conversaciones más recurrentes con nuestro dermatólogo.

    Por lo pronto, evita exponerte al sol entre las 10 am y 4 pm y deja de pensar que el protector solar solo es para los fines de semana o para las vacaciones.

    Por ultimo no olvides que aunque estés en el interior o sombra, otras luces también pueden afectar nuestra piel. Así que por el simple hecho de que estés en el campo, no tienes por qué tener una piel de vaca