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    Miguel Ángel Gómez Ruiz
    Contrapunto

    Los últimos días han sido frenéticos. Una mayoría repulsiva en el Congreso federal trató de captar los ahorros de los mexicanos a través de las Afores. La oposición reclamó que el gobierno mexicano busca quedarse con esos recursos y aunque ha habido una tibia defensa tanto del presidente López como de sus propios trabajadores, que sólo hacen lo que él quiere, nadie parece estar conforme si es que se acepta ese atropello.

    En alguna ocasión comenté que este gobierno se endeudó a tal grado con sus pensiones y dádivas que habría un momento en el que no tendría de dónde captar más recursos. Utilizó el presupuesto, dinero de los fideicomisos –de los cuales nunca demostró que hubiese corrupción- y ahora, se lanza por las Afores. Ya no hay de dónde pues sus obras insignia le resultaron carísimas e inútiles y cada día le costarán más.

    Lamentablemente, esa acción del presidente López propició que las candidatas Xóchitl Gálvez y su adversaria, Claudia Sheinbaum no se salieran del guion y resaltasen en sus discursos que un sector de los mexicanos seguirán recibiendo recursos del gobierno aún y cuando no trabajen. Al fin y al cabo, dice la señora Sheinbaum –como toda gente de izquierda- que aún sin trabajar se puede vivir bien.

    El detalle es que ese tipo de acciones sólo provocó que un sector de la población ya no se preocupe por esforzarse para tener un mejor nivel de vida y se hizo dependiente del gobierno. El asunto resultó barato, pues a cambio se les pide que le den el voto al partido en el gobierno, nomás. Al final, la dignidad y la honradez se quedan en el fondo, le regalan el voto al partido dominante y ya está, se esperan triunfos holgados por el hecho de que los beneficiarios –las víctimas- temen perder esos recursos, por míseros que sean.

    La estrategia para muchos puede ser buena, pero no lo es así, pues nuestra población, la que les da el voto es engañada de que si no le da el voto a Morena, perderán todos esos beneficios, aún y cuando algunos apoyos ya fueron elevados a rango constitucional. Para ser más claro, el presidente López no tiene dinero para dar esos recursos. El dinero sale de los impuestos que pagamos los mexicanos y no, esos recursos no son de Morena ni se van a perder. Es lamentable, pero aun perdiendo el partido en el poder se seguirán otorgando.

    Vaya, no es malo que se entregue el recurso, pero debería ser canalizado a quien realmente lo necesita. Es decir, no es para los muertos, no es para la militancia morenista, no es para aquél que le bese las bolas al presidente. No, es para adultos mayores que no tienen una pensión asignada, es para viudas que no tienen el apoyo de nadie y es para estudiantes para que puedan comprar sus útiles y apoyar en su hogar, más no para que se tomen fotos bebiendo cerveza y haciendo cuanta tropelía quieran.

    Creo que se debe tener un control estricto sobre todo en el aspecto estudiantil. Es decir, las mejores becas deben ser para los mejores estudiantes. De diez, aquellos que se desvelan, que investigan y que quieren ser mejores en el futuro. Que no olvide este gobierno que sus famosas becas estudiantiles sólo provocaron que bajaran los promedios en los niveles de secundaria y bachillerato. Pues muchos estudiantes, con el recurso asegurado, ni siquiera se emplearon a fondo para mejorar sus calificaciones.

    Pero si hay algo en lo que pueden mejorar los mexicanos es que deben prepararse mejor. Leer más y aspirar a mucho y entender que si cada día mejoran tendrán más oportunidades y no serán sometidos por nadie. De hecho, creo que si hubiera habido mexicanos más preparados y más pensantes, no viviríamos este drama.

    Nahle, a la baja
    La candidata de Morena y los pequeños partidos del Trabajo y Verde, Rocío Nahle han decrecido en las encuestas y ya no animan a muchos y todo porque le siguen apareciendo propiedades a la zacatecana –no es ofensa-. Sinceramente hasta ahorita no ha aclarado nada o casi nada y sigue pensando que lleva 300 puntos de ventaja, cuando no es así.
    A muchos veracruzanos nos gustan las cuentas claras y hasta ahorita lo único que hemos escuchado es que la señora se queja de una guerra sucia y por ejemplo, no dice nada cuando su partido está gastando millones de pesos para el acarreo de personas a sus eventos. De los trabajadores municipales, del estado y federales no se debe preocupar. Los fuerzan a acudir a sus discursos, por muy soporíferos que resulten.
    Ella ya no atrae a casi nadie y su presidente y compañeros de partido están obligados a apoyarle, con todo y que cada vez hay más morenistas que no van a votar por ella. No me malentiendan, ella ya no va a crecer en el ánimo del votante, pero va cayendo y Pepe Yunes, sigue creciendo, quizá le alcance, quizá no, pero en Veracruz parece que habrá un final de fotografía.
    La denuncia que presentó el empresario Arturo Castagne fue valiente y ha demostrado a cada momento, la corrupción que cometieron tanto Rocío Nahle como su marido, de apellido Peña.

    PD Me demoré en escribir la columna pues mi computadora se descompuso. No puedo caminar mucho y el cyber más cercano está a cuatro cuadras de mi casa, pero fue mucho el deseo de escribir la columna para ustedes que quedarme en casa. Como mexicano quiero un mejor país. Un país creciente, con desarrollo, con empleos, con seguridad y que sea respetado en el resto del mundo.