José Luis Enríquez Ambell
Café de Mañana
En la década de los 90’s nacieron varios órganos autónomos en el país con rango constitucional, de igual modo en los estados, como es el caso de Veracruz.
Y quienes ejercen las funciones y atribuciones sustantivas de los autónomos con carácter legal, administrativo y relevantes con jerarquía de gobierno los tiene muy cerca del poder político, y sobre todo con los Poderes Ejecutivo y Legislativo, y en una menor escala con el Judicial.
Esa movilidad en algunos de esos entes – autónomos – no sólo se regulan en lo normativo sino que, a través de la autopista libre y de cuota en el quehacer público y político, llegan a tener instrucciones de quién gobierna por los intereses de grupo y en ocasiones extra legales y fuera de las normas, en busca de llevar temas y status de actores al terreno de la presión, miedo y hasta excesos.
A veces, el panorama y accionar que ofrecen todos los órganos autónomos no es homogéneo, y llegan a presentar diferencias entre ellos y todas las demás instituciones de gobierno, pero con el Poder Ejecutivo y en otras ocasiones con el Legislativo, más que una relación de trabajo que favorezca a la transparencia y gobernabilidad democrática, si caen en el sometimiento, pierde la población en su conjunto, al degradar sus potencialidades.
Los organismos autónomos han nacido como contrapeso de los poderes y el gobierno, y en la realidad vemos un sometimiento en el caso de Veracruz, lo que pone en riesgo la imparcialidad, estatus de por si sensible en el papel independiente de los entes públicos autónomos.
En pleno proceso electoral y en la recta final previo al arribo del día de la jornada, someter a los autónomos y permitir estos ser llevados a la disyuntiva de no consolidarse como contrapeso al Poder del Ejecutivo o incluso subordinársele, es peligroso, y los juristas y expertos en la ciencia política, coinciden, pues «así se debilita la gobernabilidad, la democracia y hasta se arriesga el estado de derecho».
Los organismos autónomos son contrapesos y evitan que se lleve a una concentración del poder, y velar por la garantía de los derechos y las libertades, y si no se cuidan ellos mismos, no deberán pedir a la sociedad que los defiendan, pues si continúan siendo usados, también así los habrán de desechar.
«El que avisa no engaña».
DE SOBREMESA
Construir contrapesos no ha sido tarea sencilla, y si no se cuidan del manoseo y mal uso, – ellos mismos,- terminarán eliminados y pulverizados hasta su total olvido, y lástima por las luchas
ciudadanas que han originado que existan estos entes públicos y sobre todo, luchas promovidas por la izquierda, pero seria; no esta bola de ocurrentes.
UN LECHERO LIGTH
Recuerdo aquella célebre frase del Presidente Carlos Salinas de Gortari: “Y NO se hagan bolas…», y acá en Veracruz en el 2018 fue cuando nacieron las diferencias entre Cuitláhuac y Rocío Nahle, no ahora, pero » y pa qué adivinar lo que se va a saber».
¡ ES CUANTO !