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    Miguel Ángel Gómez Ruiz
    Contrapunto

    Hoy que se habla tanto de encuestas –muchas de ellas realizadas con resultados favorables a quienes las pagan- no puede dejar de sorprendernos que hay gente que no aprendió o bien, no pudo hacer nada ante el fracaso de la administración del presidente López.

    Y no es que se me ocurra decir que fue un fracaso sólo porque se me antoje hablar mal del presidente. La realidad es que no ha habido grandes resultados.

    Y no es a propósito hablar de esos fracasos o enumerarlos, pero es cierto que no todo ha sido exitoso. No sólo lo creo yo, sino muchos, inclusive, un buen número de obradoristas han expresado que no todo fue como el presidente lo describió, inclusive exfuncionarios que estuvieron a su lado y que hoy día, parecieran arrepentidos de haberlo estado.

    Porque una de las cosas que hay que destacar más y de lo que no se habla mucho es el terrible endeudamiento al que ha recurrido el gobierno en esta administración. Es decir, jamás hubo los ahorros por 500 mil millones de pesos. La entrega de becas y los préstamos – a fondo perdido- fueron tan elevados que no les alcanzó y mire que el presidente desapareció fideicomisos y se apropió del dinero. Sus gobiernos recurrieron a subejercicios para apoyarle y ni así alcanzó.

    Han hecho todo lo inimaginable y mire que ahora se apropiaron, por tiempo indefinido, de las Afores de muchos mexicanos, que quizá –un tanto- no tocan ese dinero a fin de no quedarse sin nada. Inclusive, muchos simpatizantes del presidente López no imaginan siquiera que ese dinero será utilizado en una licuadora a la que agregarán recursos de otras partes y hasta les prometieron utilidades. No dude que las habrá una, dos o tres veces, pero luego el recurso escaseará. En serio.

    Tampoco se logró vencer al huachicol que se sigue vendiendo como si fuera bebida de horchata en estos tiempos de calor. Nunca hubo un triunfo y los robaductos hacen de las suyas, tan seguros que desde presidencia no se les hará nada.

    El gas del Bienestar no tuvo éxito. Fue un fracaso rotundo, como lo ha sido hasta ahora la refinería “Dos Bocas” que no refinará en mucho tiempo. Es decir, no faltan semanas, sino meses o quizá un año o dos y eso está en veremos.

    El aeropuerto “Felipe Ángeles”, con fachada de Bodega Aurrerá y que es recorrido por un grueso grupo de personal de ventas que no tiene a quién venderle, también ha sido un fracaso. Un joven empresario veracruzano, omitiré el nombre, tuvo la mala fortuna de caer allí. Viajó con otros cinco pasajeros en un avión militar de Mexicana –otro fracaso- y esperó casi hora y media para trasladarse a la Ciudad de México. Cuando por fin encontró una unidad, tuvo que pagar 1700 pesos para llegar a su destino.

    El criticado Tren Maya, cuya construcción ha causado severos destrozos también ha sido un fracaso, pues sus fallas ocurren a diario y la destrucción que provoca sigue aumentando. Se talaron cientos de miles de árboles pese a que, en su ignorancia, el presidente dijo que ningún árbol sería talado. Hoy, el tren sigue siendo un fracaso y uno no deja de imaginar lo que les espera a mexicanos que podrán utilizar trenes en el país, pese a que en carreteras podrían llegar cinco veces más rápido.

    El tema médico es dramático. La atención ha seguido siendo deficiente y la falta de medicinas aún más, pese a la gran farmacia que, en tiempos electorales, el presidente decidió crear, tras cinco años y medio en las que no se hizo nada. Su candidata, Claudia Sheinbaum, con el mismo discurso, promete una vez más, un servicio como el de Dinamarca, un país demasiado pequeño y cuya población decide atenderse en Francia, Austria o Países Bajos.

    Y así, la gasolina más cara y sin costar 10 pesos como lo prometió –y sí lo prometió- el presidente.

    Peor aún ha sido ver a un gobierno al que no le conduelen los pobres que hay en el país –más pobres que al inicio de su gobierno-y que no tienen nada qué llevarse a la boca y que seguramente se enteraron que se dio asilo a la familia de Pedro Castillo, de Perú o que se enviaron recursos económicos a Cuba o bien, diésel, o que se protegió en la Embajada de México en Ecuador a un exfuncionario declarado culpable por las autoridades de ese país y al que le darían asilo. El caso de Evo Morales. Y así.

    Y hay muchas más cosas, el caso de Segalmex, las casas de sus funcionarios más cercanos, sus hijos (todos), la inseguridad y la corrupción que, él mismo lo dijo, no desapareció nunca.

    Si hay gente que quiere que eso se repita, necesita ayuda psiquiátrica urgente. En serio.

    PD Un gusto enorme que haya sido reinstalado el magistrado Marco Antonio Lezama Moo, quien había sido despojado de su cargo por la entonces presidente, Sofía Martínez Huerta, ya fallecida. Ganó su caso en la Suprema Corte y ni la entonces presidente Isabel Romero Cruz ni los diputados locales le hicieron caso. Si se hubiese mantenido esa tonta decisión de no obedecer una resolución de la Suprema Corte, la presidente Lisbeth Aurelia Jiménez podría haber sido multada, encarcelada e inhabilitada, pero tuvo un momento de cordura y eso se agradece. Felicidades al magistrado Lezama Moo.