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    Julio Vallejo

    La delgada línea entre tu opinión y la mía

    Populismo o paternalismo según el punto de vista desde donde lo veas pero al final la historia juzgará a cada uno de nosotros por nuestro actuar, por la forma de pensar, pero sobre sobre todo por cuan empáticos somos como humanos. (Parafraseando el discurso de AMLO de 2005).
    En la mañana del domingo de elección camina con pasos lentos una persona hecho pasita. La energía de su recorrido por la vida se ha acabado, al menos eso mostraba al final del camino. Eso sí, dejaba ver el reflejo de su sonrisa, una sonrisa alegre o maquiavélica -nunca lo sabría-, pero se sentía importante, era su primera vez que acudiría a una urna a votar, dicho por él.
    Votar nunca había sido tan importante para él, nunca le había interesado la política, siempre crítico a esos gobiernos que nunca le habían dado nada y nunca lo habían tomado en cuenta, sin embargo, con este gobierno se sintió importante.
    Los gobiernos siempre ven el apoyo social como cheque de cambio y este no es la excepción pero algo ha generado este en especial, algo como el sacar el polvo acumulado por años que estaba debajo de la alfombra de la sala de gobierno. Sin afán de politiquerías, este gobierno encontró un diamante en bruto.
    Un diamante que todos tenemos en casa, ya sea un joven, una persona de la tercera edad o en su caso una madre soltera. Todos ellos con aspiraciones deseos y sueños por realizar, sin embargo no tienen la capacidad de salir adelante porque los olvidas, los juzgas, los aplastas y desechando a la basura.
    Claro que el día en que llega alguien y los vuelve a tomar en cuenta se sienten importantes y crece su mentalidad. Alguien creyó en ellos, alguien tuvo empatía pero sobre todo la confianza que les brinda sin conocerlos, sin criticarlos ni hacerlos menos.
    Sé lo que estás pensando en este momento yo lo pensé, lo viví, lo sentí y sé que tal vez pienses que te doy una patada en los huevos y remuelo la herida y le hecho sal. Pero te diré algo, no es así.
    Todo ese coraje y rabia que me causaba el que por qué a ellos les dan apoyo si yo me parto la madre todos los días para comer, para llevar ese sustento a la casa, por qué a ellos con solo estirar la mano les dan sin importar, si se lo merecen o no.
    Te diré algo; al final lo discerní de una manera muy sana en canalizar mi energía positiva y dejando el rencor a un lado. Se vienen tiempos peores, la escases de agua es uno de los temas que nos está causando conflicto en este momento y no somos para unirnos, al contrario somos unos irracionales que lo primero que hacemos es pelearnos entre nosotros mismos, porque no comprendemos ni compartimos los sentimientos, no vemos la perspectiva del otro, siempre queremos ser el yo y siempre yo. Y así ni una nación saldrá adelante con esa mentalidad.
    La muerte de la empatía humana es uno de los primeros y más reveladores signos de una cultura a punto de caer en la barbarie. (Hannah Arendt)