Inocencio Yáñez Vicencio
Las ideas reflejan si no mecánicamente, si dialécticamente una felicidad . No hay que buscar su substancia en ellas mismas sino en el mundo real. Las ideas pueden servir para luminar o distorsionan una realidad. Hay clases y grupos interesados en mostrar las cosas tal como son y otros en recubrirlas . Hay sistemas de ideas, creencias, doctrinas, valores que conocemos como ideologías, pero también conocemos como ideología el revestimiento de relaciones, fenómenos o cosas.
Porque la esencia de las cosas no aparece a primera vista, es que surgió la ciencia. Una relación cualquiera puede ser abordada científicamente o ideológicamente. La historia puede ser una narrativa o una relacion de hechos articulados y sistematizados. La politica no es una ciencia, pero la actividad politica puede estudiarse científicamente. Es muy importante tener el aparato conceptual correcto, porque de otra manera podemos caer en una celda babeliana. No es lo mismo emplear el terminó explicación en el uso con un que en la ciencia; político que poltica ( Georges Burdeau. Método de la ciencia política ). Si no estamos al tanto del debate entre los gigantes de la ciencia política no podemos comprender la ácida crítica de Sartori, al método cuantitativo, al abuso de las matemáticas. Es entonces cuando ponderamos aquello de que los títulos profesionales no son techos del conocimiento, que aprender a cultivar la tierra, tiene valor cuando utilizamos lo aprendido para cultivarla. En su libro sobre Ingeniería constitucional, Sartori, pretende contribuir a la ciencia política aplicada. Recepcionar la producción de nuevos conceptos, métodos, enfoque y teoría, es y debe ser para prepararse para los nuevos retos. No comparto el historicismo, no creo que porque asi fue, asi será, pero sin que se admita un determinismo o estar sujeto inexorablemente a leyes del desartollo social, hay y tiene que haber una influencia recíproca entre ser social y el pensar, por eso tenenos que abrevar de la historia y nuestras ideas deben responder a una realidad concreta.
Nada ilustra tan bien a una persona que se cree un sábelotodo, que piense que hay títulos profesionales que acreditan un conocimiento total, confundiéndolos con títulos nobiliarios. Aplicar lo que aprendemos y recepcionar los avances del conocimiento, es la única forma de no petrificarnos. Claro, eso no va con la exquisitez, se necesita humildad. Siempre he pensado que se entra en un buen libro, porque se acepta que no se sabe todo. Para mi no hay mejor prueba de mostrar que se esta consciente que no se sabe mucho, que estudiar un libro, no hay mejor testimonio de humildad que abrirse a un buen libro y digo buen libro, porque no se puede estudiar todo, pero leer es la mejor experiencia para darse cuenta que es mucho lo que nos falta. Recordemos que somos enanos trepados en hombros de gigantes. A Bobbio, le recriminaban que no era original, sin embargo, dice G. Pasquino, que ponía la agenda del debate. En los barrios marginados, al muchacho o muchacha que se decide a estudiar, a ser aspiracionista, lo agreden de muchas formas, entre ellas, llamándolo sábelotodo. Cuando mis alumnos me platicaban esas anécdotas, sólo les decía: los agreden porque la preparación siempre ofende al mediocre.
La movilización por la movilización no lleva a nada bueno. Las masas que se movilizaron para terminar con su tirano en Egipto, a los pocos meses ya estaban deshaciéndose del caudillo de su revolución y hoy están peor.
Si vemos el libro que recoge las fiestas del Centenario de la Independencia, el cuerpo diplomático acreditados, se sorprendió del estallido de la Revolución, porque dos meses antes todo era paz. Hay que preparar un proyecto alternativo, porque al gobierno morenista se le acabó el dinero y esto puede explotar en cualquier rato.
Para la construcción del proyecto alternativo tenemos que ser críticos y autocríticos. En ese proyecto alternativo no deben tener cabida ni oportunistas ni charlatanes. Hay que abrirlo a las mejores mujeres y mejores hombres, abiertos y capaces de recepcionar y nutrirse del pensamiento más avanzado.