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    Agustín Basilio de la Vega

    Tres de cada diez ciudadanos mexicanos (considerando el padrón completo) votaron por el partido morena-gobierno convirtiéndose, a casi 100 años de la fundación del PNR, abuelo del PRI, en el nuevo apéndice del estado mexicano encargado de ganar “el carro completo” con fondos públicos y usando la maquinaria oficial.

    La pasada elección demostró que en México convence más que la verdad el dinero, la propaganda engañosa, la manipulación de las masas y la expresión: “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error” acuñada por el Tlacuache Garizurieta. 

    La inmediatez de recibir subsidios o “apoyos” con dinero público bajo la amenaza de perderlos si no estás con el sistema morenista, pudo más que las razones y propuestas democráticas para construir un futuro mejor. Muchos mexicanos se creyeron el cuento de que si no ganaba el partido-gobierno perderían los programas constitucionales que ayudan a familias marginadas. 

    La falta de oportunidades y el escaso nivel académico de los mexicanos hace que las personas humildes con carencias y que viven al día, solo piensen en el presente y descuiden su porvenir. Muy pocas personas tienen visión de futuro y hacen planes a mediano y largo plazo por lo que hablar de educación, salud y seguridad pasa a ser casi irrelevante.

    A mis alumnos de planeación les he recomendado que imaginen su futuro y que realicen un plan de vida personal para enfocarse a realizar sus metas; también considero importante que una familia tenga su plan estratégico con líneas de acción generales y tareas particulares. Las empresas y los gobiernos están obligados a tener programas y proyectos de gran visión.  

    Lamentablemente en México son muy pocos los ciudadanos con formación humana integral que se ocupan de su futuro y que se dan tiempo para ver más allá, o sea que no se conforman con ver el árbol sino el bosque. Hay desde luego excepciones de padres de familia que hacen todo lo posible, hasta de pagar cursos y servicios educativos para sus hijos sacrificando muchas otras cosas.

    Por otro lado, es triste ver que millones de personas son víctimas del engaño y cambien una buena herencia por un plato de lentejas, al no votar por soluciones efectivas a mediano y largo plazo y condenan a ser mediocres y pobres a las siguientes generaciones. 

    Solo con trabajo ordenado, democracia, contrapesos constitucionales, Estado de Derecho, libertades, buena educación, sistema de salud eficiente, seguridad e impartición de justicia, es posible que México progrese. Ningún país totalitario o con partido hegemónico ha dado buena vida y progreso real a sus habitantes.

    La única forma de contrarrestar  los años de retroceso democrático que acechan a México es haciendo todo lo posible por educar a los niños y jóvenes para evitar que caigan en la mediocridad. La tarea es enseñarlos a ser buenos ciudadanos, que actúen con ética, que sean ordenados, que aprendan matemáticas, español, Inglés, finanzas personales y todas las asignaturas que los hagan fuertes, emprendedores, libres y no conformistas.

    X @basilidelavega