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    Jorge Arturo Rodríguez

    Tierra de Babel

    Lo habían dado por muerto, pero sigue vivito y coleando, a sus 95 añitos; fue una noticia falsa, de las que nos debemos de cuidar porque ahora con mayor “calidad” proliferan. No, Noam Chomsky –cuya obra muchos han leído y a como veo la situación mundial pocos la comprenden y entienden, muchos menos la ponen en práctica-, no ha muerto, tampoco andaba de parranda.

    De lengua, ¿cuántos tacos me como? Lo preocupante es que todo el mundo se la cree y caemos. Porque el verdadero problema del mundo es cómo impedir que salte por los aires, ¿o no Chomsky?

    Problemas los tenemos y a montones, y cada día más crueles. ¿Hay futuro? Y si lo hay, ¿cómo será? Preocupante pero ¿quién carajos se preocupa? Ya no me digan que se ocupan. ¡Por Dios! El barco se hunde y no hay puerto en el horizonte. Antes bien, nos atacamos entre nosotros mismos para salvarnos, al diablo la tolerancia, la cordura, el diálogo; antes bien, estrechamos la mano a la violencia y sus alrededores. Vociferamos, ni nos acordamos de la humildad… Eso es otra cosa. Sin embargo, nos quejamos… Pos claro, lo humano deshumanizado. Es un mundo raro y de puritita palabrería y migajas.

    Noam Chomsky decía que la propaganda es a la democracia lo que la cachiporra al estado totalitario. En eso estamos, sobreviviendo de propaganda y accesorios. No pasa nada aunque les comparta parte del artículo “La violencia electoral es solo un paréntesis: el crimen prosigue sus actividades de extorsiones y asesinatos”, de la periodista Carmen Morán Breña

    “La violencia sigue imperturbable en México, antes de la campaña como después de las votaciones, un periodo en el que solo se acrecientan los crímenes, cada elección con más sangre que la anterior. Cuando todavía se están recontando votos y ajustando los asientos en las Cámaras legislativas, mientras el presidente traspasa poderes a su sucesora, las noticias cuentan de un alcalde electo acribillado a balazos, otro que dejó de serlo, también muerto a tiros, y Estados Unidos frenando temporalmente la importación de aguacates porque dos de sus inspectores fueron retenidos a la fuerza. Hoy como ayer. Los comicios solo fueron un paréntesis para soñar con una democracia completa. La gran asignatura pendiente de cualquier gobierno mexicano, un promedio de 100 personas asesinadas al día, sigue esperando una solución. Los ciudadanos parecen haber bajado los brazos y votan por lo que les resuelve el día a día, un mejor sueldo, ayudas sociales, mejores condiciones laborales. La inseguridad, dicen los analistas, ha salido ya de sus cálculos políticos.” (elpais.com, 18/06/24). No pos sí.

    Que no importa, carajos, Así como hay muchas maneras de morir, hay muchas maneras de matar. Del poema de Bertolt Brecht:

    “Hay muchas maneras de matar. 

    Pueden clavarte un cuchillo en el vientre, 

    quitarte el pan, 

    no curarte una enfermedad, 

    meterte en una vivienda malsana, 

    empujarte al suicidio, 

    torturarte hasta la muerte mediante el trabajo,

    llevarte a la guerra… 

    Pero pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro Estado.”

    Digo, con Erich Fromm, que hoy los seres humanos creen que no puede gozarse de nada que no haya que comprar. O sea, hay muchas maneras de vivir.

    Los días y los temas

    Sobre advertencia no hay engaño. Hace unos días, el Dr. Julio Frenk advirtió que se asoma a la vuelta de la esquina una nueva pandemia, por lo que “si no aprendemos las lecciones de lo mal que se manejó la pandemia de COVID-19 vamos a repetir los mismos errores. Tenemos que mantener vivo el tema, no para criticar a nadie sino para cerciorarnos de que se establezca un mejor sistema de preparación y respuesta, ante la que seguramente vendrá, próxima pandemia.”

    Más leña al fuego… O mejor nos hacemos de los oídos sordos. Total, vamos derechito a un México mejor…. ¡Espectacular! ¡De primer mundo! ¿Dónde he escuchado eso?

    De cinismo y anexas

    Recuerden, hay que ser un poco idiota en la vida, pues si no se aprovechan los demás y lo son sólo ellos, ¿verdad Ramón Gómez de la Serna?

    Hasta la próxima.