Miguel Ángel Gómez Ruiz
Contrapunto
Aunque un grupo de comunicadores se han tirado al piso para aplaudir los nombramientos de Claudia Sheinbaum, presidente electa del país, la realidad es que estos significan que el país seguirá padeciendo de lo mismo los próximos seis años.
Para acabar pronto, será un sexenio con escaso trabajo y brillantez, pues todos, hasta Sheinbaum, estarán prestos y dispuestos a obedecer a López en todo lo que se le ocurra y el mexicano, carente de crecimiento económico así como de seguridad y salud, seguirá feliz con la miseria que le den cada dos meses y seguirá dando el voto a Morena.
Es cierto, así haya estados cayéndose a pedazos, como Guerrero, Michoacán o el mismo Estado de México, seguirán caminando sin retorno hacia una izquierda que les hará cada vez más pobres y carentes de los principales servicios.
Y es que la misma Claudia Sheinbaum no garantiza nada. No dialoga, no se maneja con buen semblante, no soporta la crítica y quizá tiende a ser más autoritaria. Por ello es que no se vislumbra que lleguen a buen término las relaciones con dos países que debieran ser claves en el desarrollo del país: Estados Unidos y Canadá.
Si la actual presidente continúa con esa idea de seguir favoreciendo a países como Cuba, Venezuela, Colombia o Nicaragua las relaciones con nuestros vecinos del norte se irán enfriando, con todo y que son nuestros mejores socios comerciales.
Hay que poner un ejemplo muy importante, como es el caso de Marcelo Ebrard, quien será el próximo secretario de Economía. El tipo se sentía el seguro sucesor de López a principios de 2018, sin embargo, todo se le vino abajo cuando el propio presidente López decidió impulsar a su vieja alumna, la obediente, la servicial Claudia Sheinbaum quien le debe casi todo y que hasta disfrutó de las maletas de dinero que recibió su entonces esposo Carlos Imaz, justo en la gestión de López como titular del gobierno en la Ciudad de México, cuando era el Distrito Federal.
Ebrard fue derrotado en la supuesta encuesta de Morena y no tuvo las mejores reacciones tras el triunfo de Claudia Sheinbaum, al grado que dio a entender que no tendría ningún tipo de acercamiento o relación con ella. En fin, ahora es el titular de Economía.
Si el nombramiento de Ebrard llamó mi atención, no pudieron quedarse atrás los de Alicia Bárcena y Ernestina Godoy, sobre todo porque la primera ha sido un fiasco como secretaria de Relaciones Exteriores y, en el caso de Godoy, ella fue cuestionada desde el primer día en que estuvo al frente de la Fiscalía de la Ciudad de México.
La pregunta es ¿A quién obedecerán los nuevos secretarios? ¿Seguirá el dominio de López sobre sus súbditos o la harán caso a Sheinbaum? En su caso ¿Ella le obedecerá o impondrá su criterio? Son preguntas complicadas y más porque muchos pensamos que López seguirá dando órdenes. No será fácil para él no estar al frente y que no se hable de él, bien o mal.
Con bajo o nulo crecimiento, sin cambios en seguridad, sin mejora en los servicios médicos, el futuro del país se ve realmente incierto.
Veracruz
En 2019, el gobernador Cuitláhuac García propuso a trece personas, hombres y mujeres, para que se convirtieran en magistrados, entre ellos Ailett García, su pariente, amiga y comadre, carente de todo conocimiento del Derecho. También estuvieron dos mujeres que presidirían al Poder Judicial en Veracruz: Sofía Martínez Huerta, ya fallecida e Isabel Romero Cruz, que fue un desastre completo.
Posteriormente, se nombró a Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre como magistrada y luego se convirtió en presidente de ese poder, invadido como nunca antes, por el gobierno del estado.
Jiménez Aguirre fue ascendida a presidente como premio por haber librado de problemas a la titular de la CONADE, Ana Gabriela Guevara, quien habría sido acusada por dos empresarios veracruzanos que ganaron una licitación y que argumentaron que habían sufrido un intento de extorsión de parte de dos personas ligadas a Guevara, uno de ellos asesinado y por el que acusaron a los empresarios de haberlo hecho.
Ambos fueron llevados hasta Poza Rica y siendo juez, Lisbeth Aurelia Jiménez los encarceló. Ello le valió que fuera convertida, casi con nula carrera judicial, en presidenta del Poder Judicial en Veracruz.
Sí, en Veracruz la justicia ha ido a menos. No hay forma de olvidar las palabras de la extinta magistrada Yolanda Castañeda Palmeros, quien siempre se manifestó a favor de que los jueces más aptos, mejor preparados y con una honradez absoluta, fueran nombrados magistrados y no cualquier persona como pago de favores.
PD Con la llegada de Rocío Nahle al gobierno de Veracruz, se vienen tiempos difíciles para el estado pues no hay condiciones para pensar que no se beneficiará con los recursos del estado. Vaya, nunca se ocupó de aclarar el tema de sus propiedades y los grandes beneficios que adquirió su familia en pocos años. Así estamos.