Destacado

    Julio Vallejo
    La delgada línea entre mi opinión y la tuya

    La realidad detrás de Miniso

    China es un líder mundial en producción industrial. El dragón chino es un animal mitológico y legendario que dispone de nueve partes de animales, entre ellos la cola de serpiente y garras de águila. Según el diccionario etimológico Shuowen Jiezi, uno de los poderes del dragón es camuflarse como gusano de seda o hacerse tan grande como el universo completo; a pesar de su aspecto temible no se le ve como un monstruo mal intencionado.


    Nuestro país vive un fenómeno donde los chinos están ocupando la nariz de perro hacia lugares estratégicos para introducir los bigotes de bagre en las diferentes calles de la CDMX y así poder asentarse y colocar sus productos.
    Hace un par de meses lograron llegar con esa melena de león seduciendo a los dueños de 17 edificios. Los empresarios no se hicieron del rogar ante la propuesta del pago de tres veces más de lo que estaban cobrando por la renta de esos inmuebles, los cuales llevaban más de 70 años rentados por comerciantes mexicanos.
    No cabe duda que el dragón chino con sus ojos de langosta dejó ver a gran escala que no solo le interesa filtrarse a nuestro país, sino también quiere volar, triangular por las nubes, esconderse con el agua marítima para importar los productos chinos para el vecino país del norte… obviamente con la ayuda de México y así brillar como una de las economías más fuerte del orbe.
    Familias mexicanas están perdiendo sus empleos por un comercio que evade el pago de impuestos, donde tiendas como Miniso y algunas plataformas digitales, entre ellas Temu, invaden las calles con su innovación asiática. Por esta acción México deja de percibir alrededor de 100 mil millones de pesos anuales.
    Sin duda esto es un comercio desleal, que genera pérdidas a los comercios nacionales bien establecidos, que pagan sus impuestos, que cumplen con todo lo que tienen que cumplir para ser comercios formales, que venden productos de alta calidad.
    Es urgente legislar el llamado dumping que no es más que la competencia desleal ocasionada por vender un producto por debajo de su precio normal o incluso por debajo de su costo de producción.
    Las autoridades mexicanas no deberían dejar a un lado que estamos dentro de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. El comercio internacional es benéfico para nuestro país, por supuesto que sí, pero tendríamos que poner atención a que China es aliado de Rusia, es decir, el amigo incómodo de los americanos.
    En la actualidad no hay que olvidar la historia cuando nos vendieron espejitos y se llevaron todo el oro. Hoy en día no queremos que por medio de la virgen de Guadalupe “China” nos vengan a quitar el águila del escudo de nuestro lábaro patrio y lo cambien por un dragón que devora a una serpiente. Por último y no menos importante, esperemos que no nos quedemos como el chinito solo milando.