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    Guadalupe H. Mar
    Mira Política

    EN EL VALLE DE PEROTE … El violento desalojo que realizaron la semana pasada elementos de la Fuerza Civil a habitantes de la zona de Perote, en el que murieron dos de los manifestantes que cerraron la carretera Xalapa- Puebla en protesta por la contaminación que genera la empresa porcícola Carroll, visibilizó un grave, gravísimo problema en esa región, el de la infiltración a los mantos freáticos con millones de litros de orín del más del millón de cerdos que crían anualmente en una treintena de granjas que operan en el valle peroteño, sin prácticamente supervisión de las autoridades ambientales en sus tres niveles de gobierno.


    La descomposición del orín de miles de cerdos que se transporta a pozos de oxidación como se les llama técnicamente, es algo que no pueden negar quienes operan las Granjas Carroll, pues el insoportable olor del orín castiga las fosas nasales en todo el valle de Perote, situación que ha sido denunciada desde hace muchos años.
    Como botón que sirva de muestra, baste recordar lo que dimos a conocer aquí mismo hace unos días respecto al libro del fotoperiodista, autor y activista por los derechos de los inmigrantes, David Bacon, quien en 2013 publicó su libro: The Right To Stay Home. How US Policy Drives Mexican Migration, que traducido al español es “El derecho a quedarse en casa, en cuyo primer capítulo titulado: “From Perote To Tar Heeel”, (De Perote al infierno de alquitrán), describió lo siguiente: “En algunas noches cálidas, los hijos de Fausto Limón se despiertan y vomitan por el olor. Pone a su esposa, sus dos hijos y su hija en su destartalada camioneta y se alejan de su granja hasta que pueden respirar el aire sin enfermarse. Luego estacionan y duermen en la camioneta el resto de la noche”.
    La pestilencia en el valle de Perote no es nada nuevo, es una constante que evidencia la contaminación ambiental que provoca Granjas Carroll.
    De eso dio cuenta en el año 2006, el entonces diputado veracruzano por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática, Atanasio García Durán, quien según narra el periodista David Bacon en su libro, “intentó inspeccionar algunas de las instalaciones de Granjas Carroll junto con agricultores locales y un representante del procurador federal de Protección al Ambiente, Francisco Briseño Cortés”.
    Siendo diputado local, García Durán arremetió mediáticamente contra Granjas Carroll, exigiendo que las instancias gubernamentales intervinieran ante lo que calificó como “un problema de salud pública”.
    De eso han pasado 18 años y cuatro gobernadores, incluyendo a Cuitláhuac García Jiménez, el hijo del exdiputado local perredista Atanasio García Durán y ninguno de ellos ha hecho realmente algo concreto para remediar la contaminación ambiental que generan las Granjas Carroll en Perote, salvo y en repetidas ocasiones, mencionar que abrirán una investigación y pedirán a las autoridades ambientales que investiguen.
    Al actual gobernador de la entidad veracruzana, el ingeniero mecánico electricista Cuitláhuac García Jiménez, le resultará más fácil investigar respecto a la contaminación ambiental que generan las Granjas Carroll, pues bastaría con visitar a sus padres y preguntarle a su progenitor, don Atanasio García Durán, que fue lo que encontró en esa empresa porcícola hace 18 años.
    Es tan lúcido el maestro Atanasio, que seguramente le ahorrará a su hijo Cuitláhuac, los rollos y argumentos del todavía Procurador Estatal de Protección al Medio Ambiente (PMA), el también ex dirigente del PRD, Sergio Rodríguez Cortés, especialista en justificar los porqués no de sus actuaciones como titular del organismo especializado en protección ambiental en el estado de Veracruz.
    UNA DE CAL … Para quienes circunstancialmente están y han estado a cargo del gobierno del estado de Veracruz, Granjas Carrol es el más importante generador de empleos en la zona del valle de Perote, unos dos mil en promedio, sin embargo, el privilegiar únicamente el aspecto laboral, descuidando el ambiental, está generando un gran desequilibrio que se han negado a componer las administraciones estatales y, por ende, federales.
    ¿Empleos con alto costo ambiental?, ya no, gracias.
    POR DOS DE ARENA … No hay que pasar por alto amables lectoras y lectores, que la industria porcícola requiere de mucha, pero mucha agua, pero como dijera la Nana Goya, esa es otra historia.
    DÍGALO SIN MIEDO … Al correo electrónico guadalupehmar@gmail.com