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    Sergio González Levet

    Sin tacto

    Esto que voy a contar es la verdad pura, porque mi informante es una persona totalmente confiable y le creo todo lo que me diga, por ésta.

         Cumplió la bonita edad de 60 años el año pasado, y el mero día de su onomástico se dirigió a la Quinta de las Rosas de Xalapa para sacar su credencial del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) y conseguir en consecuencia los jugosos descuentos que ampara la famosa tarjeta.

         Para los que no lo saben, la Quinta es el único lugar de la capital de Veracruz en donde se pueden tramitar las credenciales del Inapam. Eso quiere decir que el Instituto tiene una oficinita con tres personas que deben atender a más de 200 mil usuarios posibles.

         Bien, en esa primera fecha en la que fue quien es mi fuente, le indicaron que como se acercaba el proceso electoral no iban a otorgar credenciales y tendría que esperar a que pasaran las votaciones para poder hacer el trámite. También le dijeron que se habían acabado los plásticos para las credenciales, lo que era otro motivo para la suspensión de la entrega de esa identificación a los ciudadanos de 60 años y más.

         Paciente como es mi informante, se resignó a guardar sus documentos durante más de un semestre, pero una vez pasado el proceso electoral se apersonó en el lugar el pasado miércoles a mediodía y ahí le dijeron que tenía que acudir a las 8 y media de la mañana, porque a partir de esa hora se entregaban fichas para quienes solicitaran su credencial.

         Fue al otro día temprano, y se encontró con la sorpresa de que a esa hora ya se habían entregado las fichas para esa jornada. Pero más sorpresivo fue que le dijeron que el Inapam solamente tramitaba ¡30 credenciales por día!

         Vamos a ver, 30 credenciales que se hacen en un horario de trabajo de ocho horas da un promedio de 3.75 documentos por hora. Si redondeamos a cuatro para facilitar la cuenta, resulta que se tardan 15 minutos en hacer una credencial, que en realidad es un pinche cartoncito -con perdón de la palabra- al que le escriben el nombre y la dirección del titular y le pegan una foto.

         Pero resulta que a nuestra heroína de hoy (¿o será más bien mártir?) le tocó un día de productividad inusitada, porque ante la cantidad de solicitantes algún jefe indicó que se hicieran 42 identificaciones.

         Se los digo rápido porque se me acaba el espacio, la solicitante recibió su credencial pasadas las 13:30 horas, es decir que tuvo que esperar con todo y sus años a cuestas la friolera de más de cinco horas para que le hicieran un documento que en la época del PRIAN se tardaba 20 minutos, y eso que aquellos funcionarios eran conservadores, corruptos, hipócritas y clasistas.

         No cabe duda de que la ineficiencia es la divisa de los actuales gobiernos de la Cuarta Transformación, y parece que la tendremos que seguir sufriendo por los próximos seis años.

    sglevet@gmail.com