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    Enrique Yasser Pompeyo
    Mesa de Redacción

    El municipio de Coatzacoalcos es una tierra sin ley. Desde hace años, decenas de negocios han bajado sus cortinas debido a la inseguridad que impera.

    En el antiguo Puerto México, las autoridades han sido rebasadas por las bandas del crimen organizado.

    Este fin de semana, dos negocios dedicados a la venta de mariscos fueron incendiados por delincuentes; arrojaron bombas molotov.

    De acuerdo con la información, La Bocana y Langostinos son del mismo dueño. De este último se anunció el cierre definitivo.

    Pero esto no es nuevo. Desde hace años, particularmente en ese municipio, decenas de negocios de diferentes giros comerciales fueron afectados por las bandas delincuenciales, las cuales los extorsionaban y les exigían altísimas sumas de dinero.

    Los dueños de muchos negocios prefirieron cerrar a pagar el derecho de piso al crimen organizado.

    Las familias que pudieron optaron por irse del municipio ante el riesgo de que alguno de sus integrantes fueran secuestrados o asesinados.

    Desde 2018 a la fecha, tanto las autoridades municipales como las estatales no pudieron o no quisieron combatir a los grupos delincuenciales que ahí operan, como lo han denunciado las cámaras empresariales.

    Hoy, la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno estatal anuncia una reestructuración de sus operativos, como si eso fuera a resolver la crítica situación de inseguridad que sufren los habitantes de Coatzacoalcos.

    A menos de cinco meses de que fenezca la actual administración que encabeza Cuitláhuac García Jiménez, todavía están pendientes por resolver casos como el de Totalco, Perote, donde se espera que se proceda contra los policías de la Fuerza Civil que asesinaron a dos hermanos.

    Mientras tanto, en Coatzacoalcos los grupos delincuenciales operan con total impunidad, sin que el gobierno municipal o estatal hagan algo para detener a los cabecillas e integrantes del crimen organizado, pues sólo aprehenden a “borrachitos” o “charales”, pero a ningún “pez gordo”.

    enriquepompeyo@hotmail.com