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    Fanny Yépez

    La Columna

    Fue en marzo del 2019 cuando se estrenó en Netflix  la serie intitulada  «Historia de un Crimen», misma que fue dedicada a Luis Donaldo Colosio, cuyo lanzamiento coincidió con el 25 aniversario del magnicidio acontecido en Lomas Taurinas, Tijuana.

    En la sinopsis de este serial precisa que es una narrativa -ficticia, pero basada en hechos reales- donde poco a poco se ve cómo los hilos se van entretejiendo en una trampa mortal para el candidato sonorense, para luego toparse con una maraña de traiciones, mentiras y corrupción, que al final dejan al televidente con más interrogativas que respuestas.

    A lo largo de ocho episodios, el primero de ellos dedicado a dar un breve panorama sobre la elección de Luis Donaldo para ser candidato presidencial por el PRI, se muestra su asesinato, el desarrollo de la investigación y sus actores principales.

    En ese entonces, pese a la oleada de comentarios que levantó dicha serie Alejando Moreno “Alito” calló, no hizo ningún comentario al respecto, suponemos que a él y a su Partido no le convenían que se relacionarán  connotados priístas en la conspiración del asesinato del candidato presidencial, Luis Donaldo Murrieta.

    Pero hora tratando de expiar sus culpas el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas evidenció públicamente que en el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI en 1994, hay priístas involucrados.

    La impunidad en el asesinato de Colosio se predominó por la serie de complicidades que se fraguó entre la cúpula priísta, y el gobierno en turno que encabezaba Carlos Salinas de Gortari .  

    El pasado 8 de julio el periódico La Jornada publicó una investigación sobre los hechos ocurridos en Lomas Taurinas en esta teoría de los dos tiradores, Abel Galván Gallardo, fiscal especial del caso Colosio, dijo a La Jornada que las nuevas investigaciones, iniciadas hace dos años, apuntan a que el abanderado del PRI recibió dos tiros de distintas armas de fuego.

    Según sus indagatorias, el primer tiro fue realizado por Mario Aburto Martínez; el segundo provino de atrás hacia delante, es decir, entró por la espalda del priísta y penetró el abdomen. Ese tiro, según la FGR, habría sido ejecutado por Jorge Antonio Sánchez Ortega, ex agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).

    Pero esas hipótesis Alito no se dió por enterado, como si fuera el crisol de las virtudes  no paró ahí,  se atrevió a señalar que a sus correligionarias «Allá afuera, estos que dicen que participaban en el PRI, son una bola de cínicos, lacayos, y esquiroles al servicio del gobierno, y sus intereses. Quieren romper la unidad a cambio de impunidad. Ellos fueron el peor lastre para nuestro partido, ellos estuvieron al frente cuando castigaron al PRI con pemexgate, hay militantes del PRI vinculados al asesinato de nuestro candidato presidencial, y eso le costó al PRI, no vamos a tapar a nadie, vamos a exigir cuentas, transparencia y vamos a convocar a que cumplan con su responsabilidad», vaya el cinismo del dirigente nacional.  

    Durante la sesión del Consejo Nacional del PRI, donde se aprobó a mano alzada reformas a los estatutos internos para permitir la reelección de la dirigencia, el líder tricolor aseguró que desde hace muchos años hay priístas que han sido traidores cínicos y lacayos, y son ellos, quienes han debilitado a ese Instituto Político.