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    Julio Vallejo
    La delgada línea entre mi opinión y la tuya

    Hoy en día no solo es vivir de la patada, también de las ilusiones pasadas con nuestro fútbol mexicano. Noventa minutos de vivir con emoción, pasión, frustración y tristeza, por mencionar algunas emociones, nos lleva a pensar y recapacitar, lo masoquistas que somos y lo ilusos que llegamos a ser, cuando se trata de creer en nuestra selección nacional de fútbol.

    Sin duda uno de los deportes con más recursos es el fútbol, un deporte longevo nacido en Gran Bretaña a mediados del siglo XIX, que hasta el día de hoy puede ser quizás el deporte más popular del mundo.

    La selección mexicana me ha dejado pequeños flashazos de emoción y frustración. Aún recuerdo cuando el jugador Luis Hernández “el matador” en el mundial de Francia 98 en el encuentro de México y Holanda en el minuto 49 del segundo tiempo, para pasar a la siguiente ronda, el matador le pegaba al balón con la uña de su pie izquierdo dejándosela incrustada, mientras el balón chillando cruzaba la línea; segundos después, la afición mexicana gritaba de alegría en el estadio de Francia, mientras que yo en México, me levantaba de la cama para brincar en ella, mientras salpicaba el dolor lumbar que en ese momento tenía, pero fue más el dolor de la emoción que me hizo olvidar. Así era la magia del fútbol y de la selección.

    El juego donde los hombres lloran de alegría o de tristeza, sin importarles pasar por la burla o pena de los demás; un deporte, que a pesar de correr, también se arrastran como gusanos por el césped del campo festejando su gol. Un deporte donde 22 buitres recorren la cancha peleándose de un lado a otro tras un pedazo de cuero redondo, siendo observados por más de 5 mil aficionados cuyos rostros maquillados, con cantos como de coro de iglesia, rezan y maldicen durante más de 90 minutos; todo esto, dejando a un llanero solitario que podría jugar a favor o en contra del algún equipo según la expectación al calificar su desempeño.

    Un deporte donde después de dieciséis años en un mundial, las mismas selecciones se vuelven a encontrar dejando un par de emociones encontradas. Esta ocasión, Holanda elimina al tricolor en el último minuto por un penal que no existió, pero que a su vez deja una afición con una frustración marcada como cicatriz llevada en su piel y en el alma.

    La selección mexicana hace un mal papel dentro de la copa América 2024, el equipo de los Reggae Boyz de Jamaica resultó ser un dolor de cabeza, los Venezolanos ya parecían los mexicanos en tiempos de transformación y por último los ecuatorianos no sólo invadieron la embajada de México; también violaron las normas del fútbol mexicano, al quedar cero a cero. El tricolor está pasando su peor momento en años y la afición mexicana se empeña a no creer en ella. Por ello, es que la afición mexicana en Estados Unidos, sólo va por las chelas, los Hog dog, la carnita asada y gritar heeee pntossss.