Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
Aunque las autoridades del gobierno estatal insisten en afirmar que la diversidad de delitos que cometen grupos delincuenciales han disminuido en la entidad veracruzana, los datos que presentó la Fiscalía General del Estado confirman la inseguridad y violencia que sufre la población.
En el reporte que se mostró este lunes, el denominado ente autónomo detalla que, efectivamente, en Veracruz se cometen “delitos de alto impacto”, desde secuestros, extorsiones, feminicidios, homicidios dolosos, secuestros agravados, robos, casos de pederastia, privación de la libertad, hasta desaparición cometida por particulares.
Es más, la fiscal general también admite lo que la administración estatal minimiza, muchas de las actividades delictivas se registran principalmente en los municipios de la zona sur, como por ejemplo en Coatzacoalcos, Acayucan, Minatitlán, Cosoleacaque, Las Choapas, Nanchital, Agua Dulce, Jesús Carranza y Uxpanapa.
Incluso, la dependencia pone como ejemplo que del mes de enero a junio de este año se detuvo a 140 presuntos delincuentes.
De manera que no se trata de casos aislados como insiste el gobierno que está por fenecer, sino de delitos que cometen bandas criminales.
Por citar el caso del municipio de Coatzacoalcos. Las cosas no se encuentran tan bien como aseguran las autoridades.
De acuerdo con información del Observatorio Ciudadano en su boletín hemerográfico de delitos correspondiente al mes de junio de este año, el delito de robo a casa habitación se disparó al 300 por ciento.
Además, en su reporte mensual también se destaca que el delito de homicidio doloso tuvo un incremento del 100 por ciento.
Asimismo, el documento del Observatorio indica que el robo a transeúnte también repuntó en un 25 por ciento.
De esta manera, en el mes de junio, Coatzacoalcos fue el municipio de la región sur con mayor incidencia delictiva seguido de Cosoleacaque, Minatitlán, Las Choapas, Acayucan, Agua Dulce y Nanchital.
Los datos y los hechos ahí están. Las familias veracruzanas sufren las consecuencias de un gobierno indolente y cerrado que, a seis años, no mostró un interés real por brindar paz y seguridad a la población.
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