Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
La administración estatal que encabeza el gobernador Cuitláhuac García Jiménez será recordada por la impunidad con la que operan las corporaciones policiacas.
Tanto los elementos de la Fuerza Civil como los de la Secretaría de Seguridad Pública han dado muestras, en más de una ocasión, de violar los derechos humanos de la población.
El caso de Totalco, Perote todavía no se esclarece y continúan las dudas.
En su conferencia de este miércoles, el titular del Poder Ejecutivo estatal intentó deslindar a los altos mandos al señalar que cuando hay un “código rojo”, los elementos policiales no esperan órdenes de nadie.
Aunque asegura que los policías siguen protocolos, lo cierto es que actúan como verdaderos criminales y, como se vio en Totalco, como auténticos asesinos.
El caso del Fraccionamiento Residencial El Lago en Xalapa vuelve a mostrar el comportamiento de los policías y hay muchas interrogantes: si los jóvenes iban desarmados, si no dispararon contra los policías, a pesar de eso, ¿por qué fueron rafageados?
García Jiménez también intentó justificar la colocación de retenes. Según él, es para mandar un “mensaje” a los delincuentes de que supuestamente no los dejarán operar, situación que de poco o nada sirve, pues como lo confirmó la Fiscalía General del Estado, siguen cometiendo delitos de alto impacto.
Las acusaciones que hacen los ciudadanos a través de redes sociales coinciden en señalar que los policías únicamente colocan los retenes para extorsionarlos, al exigirles grandes sumas de dinero para no quitarles sus vehículos y llevarlos a la cárcel.
Desafortunadamente, las corporaciones policiales en el estado de Veracruz son verdaderas escuelas del crimen, pues lo menos que hacen sus elementos es proteger a la población.
En pocos meses, Cuitláhuac García Jiménez se irá y lo único que recordarán los veracruzanos será su desinterés para gobernar y para resolver la inseguridad e impunidad que imperan en Veracruz.
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