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    Bernardo Gutiérrez Parra

    Desde el Café
    Gracias a sujetos como Javier Duarte, Roberto Sandoval, César Duarte y Roberto Borge, que Enrique Peña Nieto presumió como la nueva generación de gobernadores del PRI que moverían a México, fue que al tricolor se lo llevó la tristeza, porque el que no resultó ratero resultó corrupto o ambas cosas.

    Debido a eso, el PRI recibió en 2018 la peor zarandeada de su historia, aunque nada comparada con la que le darían en 2021 bajo el liderazgo de Alejandro “Alito” Moreno. Y es que en la elección de ese año lo apabullaron en ocho estados; en 2022 la apabullada fue en dos y el año anterior se quedó sin su más grande bastión, el Estado de México, para un total de 11 gubernaturas perdidas en sólo tres años.

    De ser un partido que gobernó por casi siete décadas en todo el país, en la actualidad solo tiene dos gubernaturas: Coahuila y Durango.

    Es decir, el PRI ya está muerto y Alito se prepara para hacerle su funeral reeligiéndose como su dirigente nacional en este mes de agosto.

    Violando las leyes internas del tricolor, las leyes electorales e incluso las leyes constitucionales y contra viento y marea, el campechano se apresta a tomar las riendas del PRI oficialmente hasta el 2028, pero extraoficialmente hasta que Dios le preste vida.

    Y ya tiene casi todo listo: a los delegados del Consejo Político Nacional y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Sólo le falta apalabrarse con el INE, pero es casi un hecho que ese Instituto avale la elección. También tiene lista a su única contrincante Lorena Piñón, que en caso de perder como seguramente sucederá, volverá a la nómina del PRI nacional.

    De acuerdo a la convocatoria, la elección será el domingo 11 de agosto, día en que se dará a conocer el nombre del ganador, se le entregará su constancia de mayoría y los delegados gritarán: ¡Sí se pudo, sí se pudo, sí se pudo!

    Y a partir de ese momento comenzará oficialmente el funeral del que fuera por generaciones un partido invencible, inamovible, poderoso y hegemónico.

    La fecha del sepelio aún no está definida, pero como puede ser el próximo año puede ser cualquiera.

    Una vez sepultado el PRI, los mexicanos verán a Alito llevar de la mano a un partidito ñango y con apenas el 11 por ciento de votantes, que irá en calidad de rémora de Morena, el único partido que le hará la caridad de jalarlo.

    Para diferenciarlo del tricolor, Alito tiene pensado bautizarlo con un nuevo nombre y ponerle otros colores. Y hará bien.

    Porque aquel PRI que arrasaba en las elecciones federales, estatales y municipales ya no existe, tampoco el PRI que llegó a tener más de 10 millones de militantes. A ese partido lo medio mataron bandidos y ladrones como los mencionados en el primer párrafo de esta columneja. Y Alito Moreno llegó para darle el tiro de gracia.

    Tras una larga agonía que comenzó en 2018 y se agudizó hasta declararlo con vida vegetativa en 2021, el PRI murió el pasado 2 de junio y su funeral comenzará el 11 de agosto, encabezado por Alito en lo que fueron las oficinas del tricolor, allá en Insurgentes Norte.

    Por si quieres asistir, lector.

    Veracruz, tercer lugar en transparencia fiscal

    De ser uno de los estados con menor transparencia fiscal, Veracruz revertió esa tendencia y ahora es uno de los tres mejores calificados en este año, de acuerdo con Aregional, consultora especializada en temas financieros y económicos.

    En el Índice de Transparencia y Disponibilidad de la Información Fiscal de las Entidades Federativas (ITDIF), Veracruz obtuvo una calificación de 95.65 puntos, siendo la tercera entidad mejor calificada a nivel nacional, sólo debajo de Querétaro que ocupó el primer lugar con 98.95 puntos y Guanajuato que se ubicó en la segunda posición con 96.07 puntos. Pero arriba de entidades como el Estado de México que obtuvo 90.70 puntos. Y muy por encima de Morelos, Tlaxcala y Coahuila que con 52.15, 52.38 y 52.91 puntos respectivamente, son los peor calificados, informó la consultora.

    “Veracruz destaca como la entidad con mayor crecimiento en el ITDIF en los últimos cinco años, pasando de ser el estado peor evaluado en 2019 con una calificación de 39.32, a estar en el top 3 en 2024 con calificación de 95.65 de 100 puntos posibles, reconociéndose la gestión del gobernador Cuitláhuac García en materia de transparencia fiscal”, señaló Aregional.

    Sobre el tema, el secretario de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco, dijo que esta evaluación es prueba contundente de cómo han cambiado las formas de manejar los recursos de los veracruzanos. Y que el gobierno de la transformación no sólo ha saneado y fortalecido las finanzas estatales, sino que también pone énfasis en la transparencia y la rendición de cuentas como deber de una democracia sustantiva.

    Es importante señalar que para este listado se contemplan seis bloques donde se considera la gestión y desempeño: marco regulatorio, marco programático-presupuestal, costos operativos, rendición de cuentas, evaluación de resultados y estadísticas fiscales.

    bernardogup@hotmail.com